“Esto de hacer pan de muerto es muy divertido, aunque a veces nos comemos los que quedan. Aprovechamos los que nos quedan para cenar con la familia”, dijo Isabel Arzate, quien se dedica a la venta de tamales oaxaqueños en la colonia Antonio Barona.
La mujer explicó que ella hace el pan de me muerto como le enseñó su madre. “Me ayudan mis hijas y yo aprendí de mi madre que todos los meses de octubre y noviembre realizaba. Pero ahora sacamos algo de dinero y a la gente le gusta, está riquísimo el pan”.
La comerciante detalló que no elabora mucho producto “ya que la gente no compra mucho y el año pasado se me quedó bastante y lo tuvimos que regalar a nuestros familiares y amigos cercanos”.
“Está caro hacer pan de muerto, se lleva su dinero en leche, huevo, harina y también estar calentándolo. Tengo un horno para pan que era de mi madre y ahora es mío y en ése lo hago y la verdad me queda bien rico”, apuntó.
“El pan siempre la gente lo consume, y más ahorita que el tiempo está muy frio y se antoja con un buen café. A mi familia le gusta que hagamos pan para vender”, finalizó Isabel.