Alejandro Ruiz Ocampo, con 27 años de experiencia como operador del transporte público, afirma que nunca es tarde para aprender y por eso hace tres meses empezó a estudiar la licenciatura en derecho, para cumplir el sueño que tenía antes de casarse.
A los 22 años de edad -dijo- contrajo matrimonio y al poco tiempo nacieron sus hijas, la mayor de las cuales ya terminó su carrera en psicología y se independizó, y la menor estudia para ser veterinaria.
“Estoy muy orgulloso de ellas porque gracias al trabajo en la ‘ruta’ pude darles estudio. También estoy orgulloso de mí porque empecé a estudiar Derecho y eso me da satisfacción, es un tema que tenía inconcluso. Además, en la ‘ruta’ tengo relevo y aprovecho ese tiempo libre para estudiar”.
Ahora que sus hijas crecieron, señaló, puede estudiar una carrera universitaria para superarse en el ámbito laboral y cuando termine buscará empleo relacionado a la abogacía.
Alejandro, entrevistado en la base de la organización parala que labora, refirió que empezó a trabajar como conductor del transporte colectivo en la empresa “Autobuses OMSA Chapultepec” en 1995 y hace siete años se cambió a la Ruta 3.
Apuntó que con tantos años de experiencia puede asegurar que el trabajo de un operador es cansado y estresante, pues todos los días laboran largas jornadas y tienen que lidiar con el clima, el estado de ánimo de los pasajeros y con los automovilistas y motociclistas.
“Lo más difícil es lidiar con el estado de ánimo de las personas, porque a veces uno empieza a trabajar con la mejor actitud y algunos se suben de malas y te agreden porque no los bajaste donde ellos quieren o te pagan lo que quieren y si les pides el pasaje completo te insultan”.
De igual manera, comentó que todos los días se enfrentan con los motociclistas que rebasan por la derecha, algo que no está permitido porque podrían ocasionar un accidente, puesto que las unidades del transporte colectivo hacen paradas continuas.
“Este trabajo implica un desgaste mental porque estás comprometido con el patrón y con la familia para llevar el sustento, además, traes los problemas de los hijos y aquí hay que estar atento a la unidad y manejar a la defensiva para no tener accidentes; es mucha responsabilidad, es manejar con precaución porque con una mala frenada el pasajero se puede golpear”, puntualizó.
Pese a lo anterior, afirmó que ser chofer es un trabajo noble con el cual ha podido mantener a su familia.