De repente se vuelve irónico recordar que coexistimos en un mundo en el que Cher tiene un Oscar y no Glenn Close, o en donde El Ciudadano Kane perdió el premio a Mejor Película décadas antes de que el horrible Harvey Weinstein consiguiera el suyo en la misma categoría. Después de los rounds en el ámbito político, pareciera que los Premios de la Academia tienen las campañas más intensas camino a la estatuilla.

Los actores y cineastas se vuelven artífices de meros concursos de popularidad en miras de llevarse los galardones. Pero entre todos ellos, sin duda hay un nombre que destaca, ese es el de Tom Cruise.

El actor de 60 años, tiene en su historial tres nominaciones al Oscar por destacados títulos, pero el premio se le ha escapado en todas ellas. No hay duda de que con el triunfo de Leonardo DiCaprio, el protagonista de Top Gun: Maverick es ahora la celebridad más famosa que no tiene el premio, pero es justo con esta película que su realidad podría cambiar.

Además del taquillazo que supuso y de las buenas críticas cosechadas, dudo muchos que los académicos se resistan a votarle si lo ven nominado ¿El reto? precisamente es ese, conseguir la nominación. Esta edición está especialmente competida en Mejor Actor; entre sus compañeros del gremio a quienes tendrá que vencer se encuentran Austin Butler (por Elvis), Colin Farrell (Almas en pena de Inisherin) y el posible rival más fuerte Brendan Fraser (La Ballena). El 24 de enero conoceremos a los aspirantes al Oscar 2023. Ahí se verá si Tom Cruise se convierte en serio aspirante a romper su mala racha o pasará a la historia como uno los infortunios descritos al inicio de este texto. Pronto lo sabremos.