Sin embargo, desde hace 25 años Joel trabaja como operador del transporte público

“Tengo una discapacidad. Tengo poliomielitis, una enfermedad que ataca en los huesos. A mí me dio y la pierna no se me desarrolló bien. Al principio era difícil porque cuando empecé a buscar trabajo me cerraron las puertas por la discapacidad, pero me aferré y dije: ‘yo puedo y lo voy a demostrar’ y aquí sigo”, cuenta Joel Rosales Alanís.

Joel trabaja como operador del transporte público en la Ruta 6 y dice que está agradecido con Jorge Estrada, porque hace 25 años creyó en él y le dio la oportunidad de colaborar en esta organización.

Mientras espera su turno de salida en la base de la organización en los ejidos de Acapantzingo, platica sobre su actividad diaria y señala que a veces es cansado porque trabaja más de 15 horas diariamente, pero una de las ventajas es que obtiene buenos ingresos, con lo que pudo dar estudios a su hijo.

Refiere que ser operador del transporte colectivo a veces es estresante porque durante el día tiene que lidiar con el tráfico, manifestaciones y hasta con el mal humor de algunos pasajeros, pero no ha pensado en dejar el volante porque su pasión siempre fue conducir un camión o una combi.

“Aguanto aquí porque me gusta mi trabajo, podría decir que estoy enamorado de mi trabajo porque yo tengo una discapacidad, pero mi sueño siempre fue manejar; tengo familiares que fueron ruteros y creo que por eso me gustó, ese fue mi anhelo y me inspiraron a que hiciera lo que me gusta y puedo decir que me encanta mi trabajo”.

Asegura que la enfermedad que padece desde hace años no es impedimento para realizar su trabajo, pues todos los días trata de demostrarse que puede lograr lo que se propone y demostrarlo a las personas que en su momento le negaron el trabajo.