Estudio presentado en el INSP señala que hay mucha diferencia en materia de salud por género; influye la expectativa de sacrificio de la mujer.

Aunque las mujeres enfrentan mayores índices de enfermedades por cuestiones de género, es común que en los hogares las madres suelen postergar los gastos en sus tratamientos, además de inciden aspectos culturales que limitan que se realicen estudios para tener diagnósticos oportunos.  

En la presentación de los resultados de un estudio realizado en México, el doctor Edson Serván Mori explicó que dicha investigación se realizó con diversas instituciones y se aboca a entender cómo es que las enfermedades transmisibles afectan de manera diferenciada la vida de los hombres y de las mujeres. 

En términos generales dicho estudio – presentado en el recién concluido Congreso de Investigación del Instituto Nacional de Salud Púbica (INSP)- plantea que la carga de enfermedades como diversos tipos de cáncer, diabetes y enfermedades cardiovasculares, es creciente “y bastante diferenciada por género”. 

Serván Mori explicó que si bien es cierto que ha habido crecimiento importante en la incidencia de diversos tipos de cáncer en hombres, también lo hay en el caso de mujeres. “Alarmantemente se observa que el tema del cáncer afecta de manera muy particular a las mujeres”, anotó el investigador.  

El científico refirió que esta situación se refleja hasta en los Dalys (años de vida ajustados por discapacidad, por sus siglas en inglés) y el estudio refiere que han encontrado que en lo que respecta al cáncer en mujeres se observan “niveles de pérdida en años de vida del orden de dos a tres Dalys por cada cien persona. En los casos de cánceres esa proporción es alarmante, y también es notorio en padecimientos cardiacos, y diabetes”, insistió.  

El doctor Edson Serván- investigador en Ciencias Médicas del INSP- explicó que “se observa y se intenta entender cómo es que el género impacta en enfermedades. Aquí vemos que hay fenómenos culturales, asimetrías de poder, dinámicas familiares, son algunos de los factores que inciden”.  

Explicó que hay muchas barreras que aquejan mucho más a las mujeres para que atiendan oportunamente su salud, por ejemplo, para ausentarse de sus trabajos, para adecuar la dieta al interior de los hogares o para cubrir y satisfacer las necesidades de medicamentos dentro de los hogares. 

Refirió que hay varios estudios que se toman en cuenta y que documentan que “hay una expectativa de sacrificio de la mujer, por ejemplo, cuando se requiere adquirir medicamentos. No es lo mismo que el enfermo sea la mujer que si son los hijos, ella se posterga en la alimentación, en los gastos”.  

También destacó la “carga diferenciada en enfermedades en cuanto al mayor riesgo de la ruina económica”.

En México hay un gran número de hogares donde la jefatura es de una mujer y en esos casos se conjugan diversas vulnerabilidades: “los hogares encabezados por mujeres son unipersonales o extendidos, tienen menor capacidad de compra, mayor presencia de niños pequeños, adultos mayores y dependencia por programas sociales. Este cúmulo ocasiona que ante la presencia de una enfermedad grave de alguna de las personas que habitan en el mismo núcleo, entonces el riesgo de ruina es mucho mayor…”.