En el artículo pasado tocamos el tema de la sustitución de los puentes peatonales por cruces a nivel de calle, que si bien es una solución acertada, es a la vez una “ocurrencia” mal planeada.

Otra “ocurrencia” que puedo señalar es la separación de los residuos sólidos. Aclaro que esta iniciativa me parece acertada, sin embargo, el problema no reside en la iniciativa misma sino en la poca o nula socialización que tuvo la implementación de separar nuestros residuos sólidos desde nuestra vivienda.

Socializar una política pública, iniciativa o hasta una idea es la clave para que tenga éxito, la gente es la verdadera herramienta que cimienta las bases para cualquier programa que involucre a la sociedad, a la política y a la ciudad.

En mi humilde opinión, esta última “idea” debió partir, antes que nada, en educar a la población a partir de talleres que sinteticen la importancia de separar la basura y no como se acostumbra, de implementar algo de la noche a la mañana y desde el autoritarismo.

Los talleres pudieron ser tan interesantes y educativos que no habría la necesidad de “obligar” a la gente a separar, nosotros mismos entenderíamos la problemática y aportaríamos para mejorar la calidad de vida de nuestra ciudad y por supuesto ser el ejemplo de Morelos para replicar en todo nuestro estado.

Es un poco frustrante saber que existe la voluntad política de hacer cosas interesantes y después ver que su ejecución está basada en ideas banales y sin ningún indicio de planeación.

No pretendo promocionar el programa del municipio a través de este escrito, pretendo que el gobierno entienda que no puede haber un programa más sin involucrar a la gente desde su creación. La justificación de las autoridades se resume en el aclamado “mes de prueba” donde supuestamente la ciudadanía se va a ir sensibilizando, pero aquí mi pregunta es ¿Cómo pretenden sensibilizar si la gente no está ni preparada ni educada para dicha acción?

En el plan del programa no existe algún tipo de bolsa de basura que clasifique a los residuos sólidos por inorgánica, orgánica, metales, telas y PET, como sucede en otros países.

Creo que por la experiencia personal que tuve de vivir varios años en Japón, la separación de residuos sólidos es muy viable y además fácil. Desde mi perspectiva se resume, en primer punto, en educar intensamente a toda la ciudadanía con talleres, asambleas y perifoneo, posteriormente a la distribución de panfletos donde te enseñen cómo separar la basura y que además muestre los días y el tipo de camión en el que pasara por semana y finalmente la clasificación de las bolsas de basura por color que identifica el tipo de residuo.

Si leemos bien, al final no es tan sencillo como parece. Para implementar un programa de esta magnitud se necesita voluntad, profesionalismo y un incremento al presupuesto de recolección de basura.

Como terminé en el artículo pasado, deseo sinceramente que el programa sí sea un éxito. Mientras tanto, a mí ya me toco separar la basura y los invito a que nos sumemos a intentarlo.