El 12 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Enfermería.

Hoy se conmemora el Día Internacional de la Enfermería y, según la Organización Panamericana de la Salud en América Latina y el Caribe, se requiere de más personal y mayormente capacitado para alcanzar la cobertura total de la atención en la población.

Así quedó demostrado en la reciente pandemia por covid-19, cuando miles de hombres y mujeres de enfermería arriesgaron su vida para atender a pacientes con esta enfermedad. Tal es el caso de Ariadna Raquel Díaz Villagómez, quien labora en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Morelos desde el año 2009.

La vocación de Ariadna surgió desde que era niña, cuando su abuelo enfermó de cáncer y ayudaba a su madre a cuidarlo: “Yo recuerdo que le pregunté a mi mamá que si había alguien que ayudara con esta labor y me dijo que se llamaban enfermeras. Desde entonces lo decidí y no me detuve hasta que lo logré”.

Para ella, su profesión es muy satisfactoria, pero también sacrificada. Entre las situaciones más difíciles que enfrentan las y los enfermeros -refiere- está el no encariñarse ni involucrarse con los pacientes, pues es complejo verles sufrir sin dejar de concentrarse en su trabajo o incluso no mezclar el sentimiento con su función. “Algunas veces la gente te pregunta o te comenta “ya te acostumbraste a la muerte o a ver situaciones difíciles. Pero no es que una sea dura o no tiene sentimientos, sino que aprendes a lidiar con esas situaciones, a no engancharte tanto, pero sí sientes el dolor de las personas”.

Ariadna es licenciada en Enfermería y la etapa de la pandemia fue de lo más complejo que le ha tocado vivir en el ámbito profesional: “nunca nos imaginábamos que íbamos a vivir algo así, porque no sólo los médicos expusieron su vida, fue duro para todos; perder amigos compañeras, tener miedo de contagiarse… ahí te das cuenta de que muchas veces estamos pensando en lo material, pero la salud es lo más importante”.

Las y los enfermeros vieron morir a muchos de sus pacientes y al final, ellas y ellos fueron quienes acompañaron a personas enfermas de covid-19 hasta el último aliento, pues por las condiciones, ningún familiar podía estar presente ni despedirse. “Vimos mucha muerte y vimos que tan rápido todo cambia, y no somos nada… lo que podíamos hacer después, era comunicarles con sus familiares por video llamada, para despedirse cuando comenzaba a empeorar su situación… eso de alguna manera ayudaba, pero en el momento de la muerte, quien estaba ahí a su lado éramos nosotros”.

“Yo creo que la carrera te escoge a ti, en algún momento tú decides estudiar, pero cuando empiezan tus prácticas, la actividad en campo, te das cuenta de que la profesión es la que te escoge, porque muchas personas no aguantan, no cualquier persona tiene lo que se requiere, se necesita humanismo, empatía y mucho corazón y pasión por lo que haces”, anotó.

En el IMSS Morelos hay mil 500 enfermeras y enfermeros y es común escuchar las quejas por la atención o la actitud de algunos de estos profesionales. Díaz Villagómez considera que es comprensible, porque la gente llega a los hospitales o unidades médicas en una situación alterada por la misma enfermedad, pero consideró oportuno comentar que mucha gente no sabe lo que acaba de vivir la enfermera antes de tener contacto con otros usuarios, como por ejemplo, el acabar de ver morir a otra persona. “He escuchado decir que las enfermeras del IMSS son malas, pero no quiere decir que sean malas personas, en muchas ocasiones el cansancio, el agotamiento por el trabajo, son demasiados por falta de personal o de médicos; eso por ejemplo no es nuestra responsabilidad, pero somos nosotros los que estamos las 24 horas con el paciente, somos la primera persona que ven y ahí nos recaen muchas veces sus inquietudes o molestias… también somos humanos y hay cosas que nos afectan un poco”.

Según datos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM, el Sistema Nacional de Salud tiene un registro de 315 mil enfermeras y enfermeros en México; 45 por ciento son recursos humanos profesionales, es decir, cuentan con estudios de licenciatura, sin embargo, se requieren al menos 750 mil profesionales más para alcanzar el índice de cobertura promedio. Por ello, el país tiene un gran reto: continuar con la profesionalización de este sector.

La Organización Panamericana de la Salud refiere que en América Latina y el Caribe la disponibilidad de enfermeras y enfermeros es de 44.3 por cada 10 mil habitantes, pero según estimaciones recientes (2022) acerca de la disponibilidad de recursos humanos para la salud, se requiere de un mayor número de profesionales en Enfermería para cumplir con los Objetivos del Desarrollo Sostenible, a fin de alcanzar la cobertura universal de salud.