Aunque afirma que le gusta ser chofer del transporte público porque hay días en los que obtiene buenos ingresos económicos, Sergio se queja de que no tiene seguro social y cuando se enferma los gastos corren por su cuenta.
El trabajador del volante empezó a empezó a laborar en esta actividad hace siete años por invitación de un amigo y, aunque está a gusto en este oficio, reconoció que es una labor cansada, pues diariamente dedica hasta 16 horas con un día de descanso a la semana.
Por esa situación -comentó- ha pensado en buscar otra fuente de ingresos, donde tenga prestaciones y más tiempo libre para estar con su familia.
“Mi familia me ha dicho que trabajo mucho, pero entienden que es la necesidad. Además, aunque en la ‘ruta’ son muchas horas de trabajo lo cierto es que a veces nos va muy bien y no se compara con lo que pagan en las fábricas o en otras empresas”.
Dijo que para no manejar cansado y ocasionar algún accidente aprovecha el tiempo que tiene en la base para descansar, pues cuando hay varios camiones en circulación tiene descansos de más de una hora.
De su actividad diaria comentó que se ha encontrado con todo tipo de pasajeros, desde los que agradecen por el servicio y le obsequian una fruta hasta los que se van sin pagar.
“Hay pasajeros que se suben y te dicen ahorita te pago y cuando volteas ya se bajaron, aunque no es frecuente es molesto porque aprovechan que el operador no está al pendiente de ellos”.