Sin embargo, por las largas jornadas de trabajo se arrepiente de no haber estudiado
Juan Antonio Sedano señaló que desde adolescente soñaba con ser chofer de autobuses o de camiones tipo tráiler, sin embargo, ahora que pasaron 30 años se arrepiente de no haber aprovechado la oportunidad que le dieron sus padres de terminar sus estudios.
Contó que el gusto por el volante lo trae en la sangre, al recordar que desde joven decía: ‘quiero ser chofer, quiero manejar un camión’, y aunque a los 19 años cumplió su sueño, con el paso del tiempo pudo constatar que ser chofer es cansado y arriesgado.
“En mi familia somos cinco hermanos, y antes decían que el que no tiene el don de estudiar tiene que trabajar, y a mí apenas se me daba el estudio, por eso dije: ‘mejor me pongo a trabajar, para no hacer gastar a mis papás, y aunque me dieron la oportunidad me gustó más el trabajo”.
Cuando cumplió la mayoría de edad sus amigos le enseñaron a manejar hasta que fue contratado en una línea de transporte que presta el servicio desde Tepoztlán.
“Ahora sí me arrepiento porque tengo conocidos de la escuela que descansan los fines de semana y yo trabajo todos los días. Por eso les digo que mejor estudien, que le echen ganas, porque ser chofer es cansado y peligroso”.
Afortunadamente -refirió- tuvo buenos maestros al volante y gracias a la capacitación constante que le dan en la empresa de transporte a la fecha no ha tenido accidentes viales.
“Creo que ser chofer lo traigo en la sangre porque siempre soñé con manejar un tráiler o un autobús, y gracias a Dios me quedé en esta empresa. Ya tengo varios años aquí y desde que llegué me dieron seguro social, por eso creo que tengo posibilidad de jubilarme”.
De su actividad diaria comentó que se ha encontrado con todo tipo de pasajeros, desde los que le agradecen por el servicio hasta quienes se molestan por cualquier situación.