Los transportistas batallan con toda clase de dificultades en su día a día, reconoce José Manuel
Para José Manuel Blancas Peña ser operador del transporte público es una labor cansada y a veces estresante, debido a que cuando hay manifestaciones tiene que buscar vías alternas para evitar pagar los “minutos quemados”, que afecta en sus ingresos diarios.
Dijo que por su actividad diaria está expuesto a sufrir un accidente porque hay automovilistas particulares que invaden carriles o gente que no utiliza los puentes peatonales y atraviesa la calle sin respetar el color del semáforo.
“Lo que no me gusta es el tráfico y que en ocasiones los pasajeros nos hablan mal, además hay quienes no quieren pagar o sin mostrar la credencial pagan cinco pesos”.
Sin embargo, afirmó que le gusta su labor porque gracias a este oficio ha logrado mantener a su familia.
Antes de trabajar en la línea de transporte “Mariano Matamoros”, José Manuel estuvo como chofer de taxi y contó que de las anécdotas que más recuerda es la de una mujer que dio a luz dentro del vehículo porque no alcanzó a llegar al hospital.
También tiene presente el caso de un niño que trasladaba al hospital, luego de que ingirió cloro y casi pierde la vida dentro del taxi porque en la avenida Plan de Ayala los automovilistas no le cedían el paso.
“Me acuerdo mucho de ese caso porque el niño tenía como cinco años, ya iba muy mal y yo tocaba el claxon y no me dejaban pasar. A veces la gente piensa que uno lo quiere rebasar y no saben que son emergencias”.