Sergio Zúñiga, quien trabaja como operador del transporte público desde hace 19 años, asegura que actualmente labora cuatro días a la semana, porque está consciente de que si trabaja cansado podría ocasionar un accidente.
Señaló que cada una de sus jornadas como rutero dura alrededor de 18 horas, por lo que prefiere descansar tres días a la semana, para no conducir en malas condiciones físicas, como lo hacen la mayoría de sus colegas.
"Hay choferes que trabajan de lunes a domingo y aunque le echan ganas, el cuerpo se cansa y necesita descansar. Hay que dormir bien para rendir en el trabajo y no provocar accidentes".
Dijo que antes fue chofer de camiones materialistas, pero lo dejó porque un amigo le comentó que en la “ruta” se obtenían mejores ingresos económicos.
El entrevistado aseguró que el suyo es un trabajo honesto con el cual ha logrado mantener a su familia, aunque hay días en los que con mucho esfuerzo apenas reúne el dinero para entregar la cuenta a su patrón y para el combustible del vehículo.
"Del transporte he vivido muchos años y este trabajo es bueno, al menos para mí, y aunque no todos los días nos va bien hay que sacar para la cuenta y algo de dinero para uno, pero también hay personas que no pagan y si les decimos algo se enojan y hasta nos dicen groserías".
Si bien está a gusto en esta actividad, refirió que tiene pensado abrir un negocio para solventar sus gastos cuando tenga que dejar el volante, ya que como rutero no tiene opción de jubilarse.