Para comprenderlo mejor tenemos que hacer un poco de historia. Para regular el sistema monetario internacional, a partir de 1870 los países determinan el valor de su moneda en función de la tenencia de oro, surgiendo así el Patrón Oro, mismo que termina con motivo de la Primera Guerra Mundial. Posterior a ella establecen tipos de cambio fijo para sus divisas, pero siguen tomando en cuenta las tenencias en oro. Para corregir los desequilibrios de la crisis monetaria mundial por la Segunda Guerra, en julio de 1944 se crea el convenio de Bretton Woods (Nuevo Hampshire) cuyo principal objetivo fue poner en marcha el Nuevo Orden Económico Mundial liderado por los EU, dado su triunfo en el conflicto bélico acumulando el 75% de las reservas auríferas del mundo en Fort Knox (Kentucky) debido al pago que en este metal hicieron los aliados europeos por armamento estadounidense.
Para cumplir con el objetivo principal, a cada uno de los 44 países miembros (entre ellos México) se les pidió establecer un valor y a la par de sus monedas en términos de oro o de dólares americanos, estableciendo paridades fijas con la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) creado en el mismo acto, así como el Banco Mundial. De esta manera al reactivarse el comercio, este se realiza de manera preponderante en dólares americanos. Posterior a ello y debido a los constantes déficits en su balanza comercial, EU fue mermando esta reserva, por lo que al reclamar Francia que este le devolviera el oro por los dólares que ya había acumulado por las exportaciones francesas a ese país, el presidente Richard Nixon declara la no convertibilidad del dólar en oro, por ser tan bueno como este. De esta manera, el oro que se cotizaba a 38 dólares la onza se dispara a 120 dólares la onza, reconociendo el mercado de facto una devaluación del dólar del 216% frente al oro. Así termina un largo período de 27 años y que buscaba entre otros objetivos estabilidades cambiarias. No omito mencionar que el embargo petrolero por miembros de la OPEP que en esos años reclamaban un mejor precio para el barril de petróleo debido a la devaluación del dólar frente al oro, contribuyó al aumento de la crisis económica mundial y que, como Francia, acumulaban en sus reservas grandes cantidades de dólares que empezaron a designarse como petrodólares, debido a que fueron generados por las exportaciones de este energético.
Hasta julio de 1948 el tipo de cambio del peso mexicano por dólar era de $4.65, modificándose hasta abril de 1954 a $12.50, motivado por la crisis de la Guerra de Corea que afectó nuestra actividad exportadora, echando uso del gasto público deficitario para contrarrestar el abatimiento temporal de la actividad económica y a la mayor inflación mexicana respecto de la de nuestro primer socio comercial, los EU, Durante esos 22 años, los precios al mayoreo crecieron al 116% en el vecino país, mientras que en México crecieron 257%.
Tuvieron que transcurrir 22 años para que en 1976 se devaluara a $19.70, para quedar finalmente en $26.50, debido a los constantes déficits presupuestales y al fuerte endeudamiento para cubrirlo por la intervención del estado en la mayor parte de los bienes y servicios en todos los sectores. De una deuda externa que dejó el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz de dos mil millones de dólares, en un sexenio Luis Echeverría la dejó en veinte mil millones de dólares, 10 veces más. Eso sí, éramos dueños de casi todo, y a la fecha su período es reconocido como el de mayor poder adquisitivo para los ciudadanos.
A partir de esta devaluación, México adopta un sistema de libre flotación para determinar el valor de su moneda, dependiendo de la oferta y demanda de dólares, por ser la principal divisa con la que comerciamos mas de las dos terceras partes tanto de importaciones como de exportaciones. Es la cantidad de dólares con las que contamos y su fluctuación lo que determina la debilidad o fortaleza de nuestra moneda, lo que explicaremos en la próxima entrega. (Continuará).