“Tengo la disponibilidad de días, puedo cambiar mis días de descanso o si necesito puedo tomar más, lo que en una empresa no puedo hacer; eso fue lo que me motivó para quedarme aquí”, dijo Moisés Méndez, quien trabaja como operador del transporte público.
Hace seis años -refirió- un amigo le pidió que lo cubriera dos días en la combi y aceptó porque en ese tiempo estaba desempleado, y desde entonces Moisés trabaja como chofer del transporte público.
Aunque reconoce que es una labor cansada porque trabajan jornadas de hasta 15 horas, dijo que en su caso, tiene la ventaja de descansar hasta tres días a la semana, siempre y cuando haya quien lo cubra en esos días, para que el camión que maneja no se quede en la base.
“Antes estaba en Nissan, en línea de ensamble, pero en ese entonces se canceló el contrato y hubo recorte de personal, y aquí un amigo me dijo ‘ven a ayudarme’ porque tenía una emergencia y necesitaba los días y lo cubrí dos días, y después me capacitaron bien y me quedé”.
Ser operador del transporte público -indicó- es una gran responsabilidad porque llevan personas a su cargo. Por eso, en su opinión, es necesario tomar descansos de al menos tres días a la semana porque si manejan cansados o desvelados pueden ocasionar un accidente.
El entrevistado aseguró que lo que más afecta sus ingresos son los descuentos que se aplican a las personas con credencial del Inapam, así como los pasajeros que no pagan.
A decir del trabajador del volante, en cada recorrido al menos tres personas viajan sin cubrir el importe.
Sin embargo, señaló que no puede dejar su labor porque hay días en los que obtiene buenos ingresos.