Los pasajeros son muy delicados, asegura.
Agustín Alvarado señaló que trabaja como operador del transporte público porque considera que por su edad difícilmente podría encontrar empleo en una fábrica.
Dijo que tiene una hija de 17 años de edad que estudia en la universidad y por ella se mantiene al volante, para que pueda terminar sus estudios profesionales.
A decir de Agustín, ser chofer del transporte público es una labor estresante, debido a que diariamente se enfrentan con la situación de la inseguridad y a algunos elementos de tránsito que pretenden infraccionarlos por cualquier motivo.
"Es una labor estresante porque hay muchos usuarios que son delicados y se enojan por todo; unos dicen 'vas muy rápido' y luego otros nos dicen lo contrario. Por eso digo que todo les molesta y además quieren que los bajes donde ellos quieren, no donde es la parada".
Hace unos días -dijo- una señora de la tercera edad le hizo la parada y se detuvo porque la mujer apenas podía caminar, pero el oficial de tránsito le dijo: 'oye, no vas a hacer parada donde tú quieras'. Me levantó una infracción y me dijo 'ahí déjala'; quería decirle 'no tienes mamá o qué', y subí a la señora porque ya estaba grande".
Asimismo, indicó que están expuestos a los asaltos, pues ahora por cien pesos les apuntan con una pistola o un cuchillo.
Pese a lo anterior, afirmó que seguirá al volante, pues quiere darle lo mejor a su hija. Además, está consciente de que por su edad no encontrará otro empleo bien remunerado.
A su juicio hace falta capacitación para los trabajadores del volante, porque ha sido testigo de que algunos no levantan a las personas con credencial del Inapam para no aplicar el descuento.
"Hay muchos operadores que ya no levantan a las personas de la tercera edad porque les dan cinco pesos o porque van atrasados y tienen que llegar rápido con el checador".