En unos años piensa dejar su actividad en el transporte y pedir trabajo a sus hijos
En los 30 años que Nicolás tiene trabajando como operador del transporte público, ha vivido muchas anécdotas; sin embargo, la que más recuerda es un percance vial que ocurrió hace dos años en el que una persona en estado de ebriedad perdió la vida.
“Tuve un accidente, pero gracias a Dios con las cámaras de videovigilancia se comprobó que no fue mi culpa, por eso sigo trabajando. Ese día venía manejando y un señor en estado de ebriedad se quiso agarrar del poste, pero le ganó su peso y se pegó con las puertas de la ‘ruta’, se cayó y perdió la vida”.
Dijo que tiempo después, la investigación arrojó que no tuvo la culpa, pero tuvo que dejar el volante por lo menos tres meses por temor a represalias.
“De todo el tiempo que llevo en el transporte eso es lo que más recuerdo porque todos los días paso por ahí donde ocurrieron los hechos. Ese día hasta los compañeros se sorprendieron, porque me conocen y saben que siempre manejo con precaución”.
De su actividad, señaló que desde pequeño el volante llamó su atención y aunque está consciente de que pudo haber buscado trabajo en líneas de autobuses, donde tenga seguro social y prestaciones de ley, dijo que ahora ya ni arrepentirse es bueno pues por su edad difícilmente lo contratarían.
Aunque Nicolás está a gusto en su labor como operador del transporte público, refirió que dentro de unos años dejará el volante porque su cuerpo después de tres décadas su cuerpo le exige un descanso.
“Me pienso retirar dentro de unos años porque ya no es lo mismo, la vista y cuerpo se cansan y más adelante pienso hablar con mis hijos para que den trabajo; uno es DJ y el otro trabaja como jardinero, y ya me han dicho que deje la chamba porque es cansado”.