Ya se acreditó como costurera en su colonia.
Dulce Leyva Cruz, quien se dedica al arreglo de ropa en Acapantzingo, considera que su trabajo se ha vuelto necesario para muchas personas de la colonia.
“Diciembre es un mes de muchos gastos, sobre todo para los que tenemos hijos en las escuelas. Muchos vecinos me han traído varias prendas de ropa para coser, porque ya no hay tanto dinero para comprar nuevo” apuntó.
La mujer explica que trabaja en la costura después de su jornada laboral normal: “yo tengo aparte otro trabajo, vendo maquillaje y hago venta por catálogos. Por las tardes me pongo a coser o a reparar prendas que me traen. Lo hago para ganar un poco más de dinero y porque me gusta hacerlo”.
La costurera dice que sus hijos la impulsaron a comenzar esta actividad: “apenas voy a cumplir dos años con la costura como negocio. Fueron mis hijos los que luego me decían que les arreglará sus playeras de la escuela o que les arreglará los cierres de pantalón. Ellos le decían a sus amigos que yo les arreglaba los pantalones o las camisas y así empezó todo”.
“Empecé con bastillas, cierres y botones, ahorita ya hago cortinas, reducción de tallas en vestidos o playeras. Hacemos todo tipo de composturas en ropa, sábanas, cortinas y en lo que se pueda coser”.
La entrevistada asegura que ayuda a sus vecinos con descuentos: “no solo en navidad, siempre que puedo los ayudo porque ellos también me ayudan en muchas cosas. Somos una colonia muy unida y tratamos de apoyar a los que más necesitan”.