La inseguridad lo obligó a dejar el volante.
Después de trabajar nueve años como operador del transporte público, Mauricio Franco Velázquez se vio obligado a dejar el volante por la inseguridad.
Relató que cuando trabajó como chofer fue víctima de los amantes de lo ajeno en al menos cinco ocasiones, por lo que decidió dejar la “ruta” y empezar a trabajar como checador.
“Me tocaron cinco asaltos y dije ‘si no me dan chance de trabajar de checador, pues busco otro trabajo’, pero afortunadamente me apoyaron y aquí sigo”.
Aunque está a gusto en su nueva actividad, señaló que no se comparan los ingresos económicos que recibe actualmente con los que obtenía como operador; sin embargo, aseguró que le alcanza para solventar los gastos en su casa.
“Tengo dos hijas que siguen estudiando. Una estudia contaduría y la otra belleza, y afortunadamente entre mi esposa y yo podemos sacarlas adelante”.
Aseguró que ser operador del transporte público es una labor estresante, ya que desde temprano tienen la presión de reunir el dinero para entregar la cuenta y para la gasolina.
Aunque Mauricio no tuvo la oportunidad de continuar con sus estudios, porque su familia era de escasos recursos, indicó que motiva a sus hijas para terminar una profesión o al menos una carrera técnica.
“Me hubiera gustado estudiar leyes, eso me llamaba la atención, pero ahorita ya no pienso en el estudio porque tenemos otras responsabilidades. Además, el dinero no alcanza y aquí en la Ruta no hay opción de jubilación”.