A pesar de que en los últimos años Juan ha perdido a varios de sus seres queridos, afirma que mantiene su espíritu navideño y lo comparte con sus clientes.

Sin embargo, su voz se quiebra y rompe en llanto cuando recuerda que la Navidad es la unión familiar.

Juan trabaja desde hace 36 años como chofer de taxi y desde hace 20 años, en estas fechas, viste su vehículo con un gorro de Santa Claus.

También coloca los cuernos de reno en las ventanas traseras y para hacer más ameno el viaje, pone a sus clientes villancicos en el reproductor de la unidad.

Cada año adorna su vehículo, pues así puede desahogar el sentimiento de tristeza que le provocan estas fechas, ante la pérdida de varios de sus familiares más cercanos.

“Es como un desahogo para mí, vivir estos momentos inolvidables. Hay gente que ya no está conmigo y que uno quisiera que estuvieran en estos momentos, que son de unión, pero se nos adelantaron”, dice con tristeza, aunque con la resolución de sobreponerse a sus pérdidas.

Los artículos navideños que lucen en su automóvil, afirma, son creación de él. El gorro está elaborado a base de cartón y forrado con terciopelo.

Aunque este año no tenía ánimos de seguir la tradición, refiere que uno de sus clientes lo motivó a hacer la decoración y desde el miércoles recorre las calles de la ciudad con el “Taxi Santa”.

“Es una satisfacción y alegría; siento felicidad porque a la gente le gusta y les transmito el espíritu navideño. Además creo que sienten más seguridad y confianza de viajar conmigo”.

Refiere que a veces le toman fotos al vehículo y otros lo felicitan por este detalle, ya que son pocos los trabajadores del volante que decoran su taxi en estas fiestas.

“Además traigo la música de los villancicos y los pongo, y la gente se motiva; les gusta y van cantando… Eso para mí es una gran satisfacción”.