Israel Morales trabajaba como ayudante de cocina, pero cuando llegó la pandemia de covid-19 quedó desempleado empezó a trabajar como chofer del transporte público.
Su primera opción fue el transporte porque le comentaron que obtienen ingresos a diario y lo que quería era llevar dinero a su casa.
“Primero fue por necesidad porque con la pandemia cerró la cocina económica donde trabajaba, pero después me gustó. En ese momento lo que me importaba era llevar dinero a la casa y como casi no había trabajo, se me hizo fácil ser chofer”.
Israel asegura que el sueldo de un operador no es mucho, pero al menos alcanza para cubrir los gastos. Sin embargo, señaló que es una labor desgastante, pues se levantan muy temprano y trabajan alrededor de 18 horas diarias.
Además -dijo- se encuentran con personas groseras y otras que, aunque dicen “ahorita le pago” no entregan el pasaje, por lo que al día él pierde entre cincuenta y cien pesos.
Aunque recibió capacitación sobre manejo, comentó que al principio fue difícil ya que por la falta de experiencia hubo días en los que llegó tarde con el checador y en otras ocasiones terminaba el recorrido antes del horario indicado.
“Este trabajo es un poco cansado, pero cuando te gusta se te hace fácil. Es verdad que no se gana mucho, pero es una forma honesta de ganarse la vida”.