El taxista Julio Ramírez -con veinte años en esa actividad- afirma que diariamente hace un análisis minucioso de sus clientes, para evitar sustos, ya que en los últimos seis años ha sido víctima de la delincuencia en dos ocasiones.
De los últimos casos -dijo- fueron sus clientes quienes lo amenazaron con arma de fuego para despojarlo de sus pertenencias.
Ante esta situación, su única defensa es hacer un análisis de las personas que le piden el servicio de taxi, aunque reconoció que en ocasiones juzga mal.
“En estos tiempos ser taxista es un poco difícil porque nos enfrentamos con la delincuencia. Me han asaltado dos veces en los últimos seis años; se suben como pasajeros bien vestidos, y después te apuntan con su arma y te amenazan para que les entregues todo”.
De acuerdo con el trabajador del volante, las personas que se dedican a delinquir viajan en grupos y en la mayoría de las ocasiones son hombres jóvenes. En esos casos, afirmó, prefiere no realizar el viaje.
Además de ese riesgo, acepta que diariamente se enfrenta a la competencia de las aplicaciones que prestan el servicio de transporte de manera privada; desde que llegó Uber y Didi, disminuyó el número de viajes que consigue.
Comentó que antes podía realizar hasta 30 viajes en una jornada de 14 horas,pero en la actualidad, con mucho esfuerzo hace entre diez y 15 servicios.
Sin embargo, afirmó que se mantendrá al volante porque considera que a su edad difícilmente podría encontrar otro trabajo.