Luis Muñiz, quien trabaja como operador del transporte público reconoce que le hace falta capacitación para saber cómo auxiliar a personas que sufren infartos o alguna otra situación de salud a bordo de la unidad.
En los más de 20 años que tiene de ser chofer ha recibido varios cursos de capacitación sobre el manejo a la defensiva y trato al pasajero, pero no sobre qué hacer cuando alguna persona enferma tiene complicaciones.
“Aquí se vive de todo, he visto de todo; cosas que te sorprenden. Por ejemplo, hace varios años a una señora le dio un ataque y en otra ocasión vi cómo un automovilista arrolló a un niño. Con todos los casos sientes feo y más cuando se trata de un niño”.
Lamentablemente -señaló- no tiene preparación para actuar ante esos casos y lo único que puede hacer es llamar a una ambulancia, esperar a que llegue y seguir con su actividad.
El entrevistado asegura que también ha trabajado como chofer en empresas privadas, pero la situación es la misma, pues la capacitación se limita al manejo a la defensiva y señalización.
“Ser chofer es cansado y a veces te estresas, pero cuando te gusta lo que haces, lo disfrutas, aunque sí creo que hace falta más preparación”.