Por su papá le agarró el gusto al volante

Adrián Ortega trabaja desde hace diez años como operador del transporte público, un oficio que aprendió de su padre. Aunque no tuvo la oportunidad de continuar con sus estudios, señaló que su deseo era ser ingeniero automotriz.

“Mi papá fue chofer toda su vida y por él estoy aquí, por él me gustó manejar. No pude seguir en la escuela, pero creo que si hubiera estudiado una profesión de todos modos, hubiera buscado la manera de estar al volante, aunque sea unos días”.

Comentó que por falta de recursos económicos con mucho esfuerzo terminó sus estudios de nivel básico y empezó a trabajar en la “ruta”, pues también quería seguir los pasos de su padre.

Hace unos años Adrián pensó abrir un taller mecánico, sin embargo, dijo que no lo concretó por la situación de inseguridad que se vive en la entidad.

Afirmó que está a gusto en este oficio, aunque a veces es estresante por el tráfico que hay en la ciudad, ya que diariamente tienen la presión de reunir el dinero para entregar la cuenta que es de mil 100 pesos y otro tanto para el combustible.

“Mi papá siempre me decía que tuviera paciencia, que tratara de relajarme. Me decía ‘no te estreses, si tienes que pagar minutos, los pagas y ya’, él sí tenía paciencia; no le pesaba pagar los minutos quemados y yo a veces digo ‘tengo que pagar 80 pesos y nomás llevo cinco o seis personas’ y de ellas la mayoría pagaron la mitad porque traen su credencial del Inapam”.