Leopoldo dejó el trabajo en el campo porque ganaba poco.
Leopoldo Acosta Domínguez cumplió 65 años de edad y señaló que está en espera de una respuesta sobre su registro al programa de Pensión para el Bienestar de las personas adultas mayores para poder dejar su trabajo como operador del transporte público, debido a que ya se siente cansado y la vista le empieza a fallar.
“Cuando ya me den el apoyo dejaré el trabajo porque ya estoy cansado, me levanto a las cuatro de la mañana para llegar temprano a la base y siento que la vista me quiere fallar por las desveladas. Además, la familia me dice que deje el carro y que mejor cuide a mi mamá, que todavía está conmigo”.
Es el menor de cinco hermanos y el único que no tuvo la oportunidad de estudiar, por lo que sus conocimientos sobre la lectura y escritura son mínimos.
Leopoldo es originario de una comunidad cerca de Ixtapan de la Sal, pero desde muy joven emigró a Morelos. En su pueblo se dedicaba al cultivo de cebollas y jitomates, pero él quería una mejor calidad de vida para su familia.
Cuando llegó a Morelos buscó trabajo en la Ruta 20 y después de varios días de capacitación comenzó a trabajar como chofer, aunque hace unos años lo dejó porque la base de la organización está lejos de su domicilio.
Actualmente trabaja en la Ruta 17 y refiere que ser chofer es una noble labor con la cual logró dar estudios a sus hijos, hasta nivel medio superior, porque la universidad implica un gasto más fuerte.
Con 30 años al volante, Leopoldo asegura que su trabajo es cansado, ya que diariamente tiene la presión de entregar una cuenta de mil 600 pesos y otro tanto para el combustible, por eso en ocasiones llega a su casa con 300 pesos.
De su actividad diaria comentó que hay personas, especialmente los estudiantes, que pretenden viajar gratis, ya que abordan la unidad en grupos de cinco o más y pagan tres, los demás dicen “ya le pagué”, aunque no lo hicieron.