A Edgar desde niño le gustó el volante
Aunque su papá falleció hace unos años, Edgar Soto Velazco agradeció que le enseñó el oficio de ser chofer, una labor a la que se dedica desde hace cinco años y con la cual ha logrado solventar sus gastos.
“Es estresante, pero como me siento joven aguanto un poco más. Trabajamos de doce a 14 horas, seis días de la semana, y la ventaja es que si quiero descansar hablo con mi patrón y me agarro los días que necesite. Por eso no hay tanto problema”.
Edgar aprendió a manejar gracias a su papá, quien trabajaba los fines de semana como chofer de “rutas”.
Dijo que su papá le platicaba sobre este oficio y la gran responsabilidad que implica ser chofer, porque llevan a su cargo varias vidas y con un mal movimiento pueden ocasionar un accidente.
Sin embargo, desde niño le gustó el volante y realiza esta actividad con gusto.
Reconoce que le gustaría tener un trabajo donde cuenta con prestaciones de ley y seguro social, pero eso -señala- será más adelante.
“Ahorita digo que aquí estoy bien. Me gusta manejar y el patrón no es exigente, siempre y cuando cumpla con mi trabajo, entregue lo de la cuenta y el diésel, y lo que sobre es para mí. Hay días buenos, a veces uno se puede llevar hasta 800 pesos, pero a veces nos vamos en ceros”.