Alexandro aspira a ser arquitecto.
Aunque desde hace un año Alexandro Camacho Díaz trabaja como operador del transporte público, afirmó que retomará sus estudios, porque ya comprobó que ser chofer es una labor cansada.
Alexandro estudió un mes de bachillerato y dejó la escuela porque quería seguir la tradición familiar de ser chofer de "rutas".
"Quería ser arquitecto, pero toda mi familia está en el transporte y desde chiquito lo traigo en la sangre y quise probar porque pensaba que es fácil, pero ya me di cuenta que no es como se ve; es mucha responsabilidad y es cansado por tantas desveladas".
A pesar de que sus papás no estuvieron de acuerdo en que abandonara la escuela, apoyaron su decisión, pero su progenitor le advirtió que ser chofer es una labor cansada, y a veces no hay tiempo ni para comer.
"Mis papás siempre me han apoyado, me decían que estudiara, porque la vida afuera es más dura y ya lo comprobé. Mi papá siempre llegaba cansado y decía que a veces no le daba tiempo de comer, y ahora que estoy aquí he reflexionado. Por eso quiero seguir estudiando".
Alexandro trabaja desde hace un año como chofer y dijo que ha podido comprobar que es una labor cansada y estresante, ya que en ocasiones no logra entregar la cuenta completa.
Comentó que gracias a los consejos de su papá, a la fecha no ha sufrido accidentes viales y tampoco quejas de los pasajeros.
Dijo que seguirá al volante mientras ahorra un poco de dinero para terminar el bachillerato y posteriormente estudiar en la universidad.