Por problemas de salud dejó sus anteriores ocupaciones.
Armando Almazo Flores, quien trabaja como operador del transporte público, reconoce que es una labor cansada, pero asegura que una de las ventajas es que todos los días se lleva por lo menos 200 pesos libres de cuenta y combustible.
“Lo único garantizado en este trabajo es que hay dinero todos los días. No son cantidades fuertes, pero siempre llega uno a la casa con dinero, y lo malo es que no tenemos seguro social; no tenemos beneficios como otros trabajadores”.
Sin embargo, afirmó que está a gusto en su trabajo, pues le ha permitido solventar los gastos de su casa, y gracias a este oficio sus hijas estudiaron una profesión, aunque no ejercen porque se casaron y formaron su propia familia.
En su opinión, ser chofer es un trabajo honesto, pero también cansado y estresante, ya que desde temprano tienen la presión de reunir el dinero para la cuenta. Además, dijo que hay personas que están de mal humor y pretenden desquitarse con el operador.
“Tenía otros trabajos; fui pintor, carpintero y estuve de mantenimiento general en una compañía telefónica, pero tuve varios accidentes y con tantas operaciones en el cuerpo no pude seguir en esos trabajos, así que no quedó de otras más que aprender a manejar para sacar adelante a la familia”.
Dijo que sus hijas tuvieron la oportunidad de estudiar una profesión, pero no ejercen porque se casaron y formaron su propia familia.
Afirmó que seguirá al volante hasta que el cuerpo aguante, pues es su única fuente de ingresos.