Durante la pandemia, Julián perdió su empleo en una línea de autobuses.

Julián Ramírez trabajaba como chofer en una línea de autobuses, pero cuando llegó la pandemia de covid-19 fue despedido, ante la disminución en la demanda del servicio de transporte.

Para hacer frente a los gastos de su casa empezó a trabajar como operador del transporte público, sin embargo, lamentó la falta de prestaciones y seguro social, lo que sí tenía en su anterior empleo.

Aunque Julián es dueño y chofer de una unidad en la Ruta 1, afirmó que el transporte público ya no es negocio por el aumento considerable de "rutas" y vehículos particulares.

"Soy chofer desde 1985. He estado en tres líneas de autobuses y hace poco empecé como chofer de 'rutas', porque con la pandemia bajó mucho el trabajo y nos liquidaron. Siempre me llamó la atención el transporte, pero en la actualidad hay mucha saturación de vehículos y menos ingresos para el operador como para el dueño".

Como chofer de autobuses, dijo, contaba con prestaciones de ley, seguro social y un salario fijo, pero en la "ruta" a veces con mucho esfuerzo reúne el dinero para el combustible.

"El camión es mío, pero no es el gran negocio porque el mantenimiento es caro y todos los días tenemos que juntar lo del diésel; además, las refacciones y hay que pagar el seguro del camión", comentó. 

Además, señaló que durante las vacaciones escolares sus ingresos económicos disminuyen considerablemente porque lo fuerte del transporte son los estudiantes.

"Aunque tengo muchos años como chofer, no lo recomiendo porque son muchas horas de trabajo y pocos ingresos. Es una labor estresante por el sistema de trabajo, ya que trabajamos con tiempo y se pagan 40 pesos por 'minuto quemado', y a veces son más de cien pesos en un recorrido".