De acuerdo con las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las cuales están basadas en los datos proporcionados por las procuradurías de los estados, en Morelos de enero de 2007 a julio de 2011 fueron denunciados un total de 92 plagios.
Sin embargo, existe un número desconocido de secuestros –ya sea el “tradicional”, en el que se priva de la libertad a la víctima a cambio de un rescate, o el “exprés”, en el que se retiene a la víctima por varias horas generalmente para retirar cantidades pequeñas del cajero automático- debido a que prevalece la desconfianza hacia las autoridades y existe temor a represalias por parte de las células o grupos delictivos, que en muchas ocasiones se dicen ser parte de algún cártel de la droga.
En el 2007, en Morelos fueron denunciados ante la PGJ sólo cinco secuestros, en el 2008, según los datos oficiales, no se denunció ningún caso, en el 2009 se denunciaron 33 secuestros, en el 2010 fueron denunciados 28 plagios y hasta julio de este año han sido denunciados 13 secuestros.
Aun cuando a principios del sexenio del gobernador Marco Adame Castillo se registró un descenso en el número de casos, en los últimos dos años y medio la ocurrencia de plagios ha sido de dos a tres casos por mes. Los sectores más afectados han sido los comerciantes, los empresarios y los profesionistas.
Médicos y empresarios, uno de los blancos del plagio.
De acuerdo con datos recabados por La Unión de Morelos, los médicos son uno de los sectores económicos y profesionales más afectados por este delito.
Incluso se ha registrado casos de profesionales que han cerrado sus consultorios, que han cambiado de residencia y hasta dejado de anunciarse en directorios públicos debido a que con frecuencia son amenazados, extorsionados, plagiados o se les han exigido cuotas “por derecho de piso” por parte de bandas criminales.
Muchos de estos casos no han sido denunciados por las víctimas o la comunidad médica, pues existe temor a represalias de los delincuentes.
Uno de los casos que en los últimos meses llamó la atención a nivel nacional e internacional fue el plagio del empresario relojero y ciudadano suizo Oliver Tshumi, ocurrido el 19 de diciembre de 2010 en el norte de Cuernavaca.
A pesar de que la familia pagó el rescate, hasta el momento ni la procuraduría estatal ni la Procuraduría General de la República –que atrajo el caso- tienen pistas del paradero del ciudadano suizo. Tres de los presuntos captores están detenidos y bajo proceso, pero nada se sabe aún del destino de Tshumi, a pesar de la súplicas de la familia y la intervención de la embajada suiza.
Este tipo de delito tiene atemorizados a comerciantes y profesionistas de municipios como Jojutla, Tlaquiltenango o Puente de Ixtla, donde conocidos habitantes de la región han sido privados de su libertad a cambio de un rescate. Algunos casos han terminado trágicamente, como en el caso de David Pedroza Malpica, ex futbolista profesional del equipo Zacatepec, quien fue secuestrado por sus actividades empresariales (era propietario de una carnicería y un hotel) y apareció muerto poco después.
Incluso han ocurrido casos extremos en el que las víctimas han sido personas de pocos recursos, como taxistas cuyas familias pagaron rescate pero ya no vieron con vida a la víctima.