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El primer chinelo en Chicago


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El primer chinelo en Chicago


El primer chinelo en Chicago
Fotógraf@/ MÁXIMO CERDIO
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Chicago, Illinois, Estados Unidos.- Según Clemente Jesús Sosa Cambray, en el año 2010, en el festival Back of the Yards, celebrado en la 47 St., de Chicago, Illinois, salió por primera vez en público y en un evento caracterizado como “El Chinelo de las máscaras Santa Cruz”.

Las comparsas de chinelos en Chicago comenzaron a salir y participar en eventos públicos por ahí del 2012, hasta el día de hoy. Desde luego, unas continúan, otras se han reagrupado y otras ya no existen.

Aunque las comparsas se habían formado tiempo atrás, su participación era reducida a reuniones familiares, incluso, se les podía ver en los desfiles, cuando se realizaba alguna celebración cívica. Pero el traje de chinelo era más como una cuestión privada, como si se tratara de un uso o costumbre entre parientes.

Clemente llegó desde 1982 a trabajar a California, Estados Unidos, en una plantación de chícharos propiedad de unos filipinos, después anduvo en varias ciudades de la Unión Americana desempeñando muchos oficios, hasta que en 1994 o 1995 llegó a Illinois, en donde actualmente radica.

Siempre le gustó la música, era su pasión, y en Estados Unidos el Rolas tuvo la oportunidad de trabajar como DJ, oficio en el que comenzó como ayudante y poco a poco fue conociendo, hasta que participó en espectáculos muy grandes e importantes en varias ciudades de la Unión Americana, en donde tocó en los intermedios de conciertos donde se presentaron los Ángeles Azules, la Banda del Recodo, entre muchos.

En las “tocadas”, Clemente trabajaba por amor al arte, y el pequeño apoyo que recibía le servía para complementar sus gastos; llegó a ganar una buena cantidad cuando era ya un DJ reconocido.

El Rolas comenzó como auxiliar en esas tocadas, ayudando con las bocinas, las consolas, los aparatos de sonidos, las conexiones de los cables, etcétera.

La persona con la que trabajaba tenía diferentes trajes regionales de México para dar sus espectáculos, y Clemente encontró un traje de chinelo; era muy básico.

En una ocasión, le pidió permiso a su empleador para bailar con el traje de chinelo e interactuar con el público, su propuesta fue aceptada.

Entonces el Rolas se aventó al ruedo, como dicen, por impulso, siguiendo el recuerdo de su infancia, cuando en Morelos era temporada de carnaval y salía a ver a las comparsas que, acompañadas por la banda de viento y los sones morelenses, recorrían las calles.

Su mamá, Martha, le inculcó el amor por esta tradición y por el personaje principal, el chinelo. Vivía en Anenecuilco. En el tiempo de carnaval, compraba sus botellas de vino para que, cuando pasara la comparsa con los chinelos, se las obsequiara y en retribución, la banda de viento, la complacía con algunos sones que le gustaba a su mamá.

El carnaval iniciaba y concluía a finales de marzo. La figura principal era la danza del chinelo, seguido por la banda, las comparsas y los desfiles, bailes y la coronación de reyes y reinas del carnaval.

Clemente es originario de Cuautla, pero desde muy niño sus padres lo llevaron a vivir a Yautepec, en donde la tradición del brinco del chinelo era y es muy importante, y los trajes lujosos, con costos de miles de pesos.

Desde que comenzó a realizar sus intervenciones en Chicago, llamó la atención del público proveniente de muchos países. Algunos se le acercaban para tocarlo o felicitarlo porque les parecía muy vistoso y original.

El Rolas se transformaba cuando se ponía el traje de chinelo, buscaba a las personas de la tercera edad, a los niños, quienes compartían su alegría, y poco a poco sus intervenciones fueron parte de la función.

En esos años la música que lo acompañaba no eran sones morelenses, sino música diversa de las distintas regiones de la república mexicana, y tampoco iba acompañado por más chinelos.

Cuando su nombre ya estaba en el programa y las personas lo pedían, pudo incluir a más chinelos y anunciarse: “Y llega directamente la tradición número uno desde el estado de Morelos, la comparsa, ¡La pura lumbre de Morelos!”

En 2011 se integró a un grupo de un migrante llamado Benito Romero. La agrupación no era una comparsa como tal, aunque El Rolas insistía en que lo fuera, es más, que se anunciara como “Comparsa La pura lumbre”, pero el dueño del show no aceptó.

Al siguiente año, ese grupo se disolvió, y Clemente integró a otras personas que trabajaban en el extinto conjunto y formó la comparsa La pura lumbre de Morelos.

De esta manera, tuvo la oportunidad de crear su propia organización y dar un espectáculo completo con sones morelenses de banda de viento.

El Rolas tenía listo desde mucho tiempo atrás el logotipo, los colores, los sones, todo, sabía que le llegaría su oportunidad y comenzó a recibir contratos e invitaciones para dar su espectáculo.

El 17 de diciembre de 2024, Clemente se presentó con su personaje de chinelo en la esquina 43000 West, calle Kildare, La Villita, el barrio mexicano de Chicago. Estuvo bailando y tomándose fotos con más de 300 personas que esperaban la llegada, desde México, del senador Gerardo Fernández Noroña, quien inauguraría un mural de Roberto Ferreyra en honor a los inmigrantes en la pared exterior de un negocio, en el marco del Día Internacional del Migrante.

Un día antes le habían inyectado un medicamento en un ojo, para detener las cataratas que amenazaban con taparle la visión. Iba con mucho dolor, pero sabía que no podía faltar. El chinelo lo llevó.

En su domicilio, en Cicero, Illinois, Clemente tiene una colección de 32 vestidos de tela de diferentes colores, 10 con 60 nombres de los pueblos, colonias y municipios de Morelos; tiene más de 20 máscaras, elaboradas por Antonio e Isabel, de Máscaras Santa Cruz, de Tepoztlán, con quienes ha trabajado desde el 2011.

Sus trajes son de tela, porque el material permite lavarlos y usarlos al día siguiente, los trajes de terciopelo son muy pesado y guardan los olores, son más bien para exhibición.

También posee 10 chinelotes o mojigangas, que salen a los desfiles y celebraciones importantes en Chicago.

Para el Rolas, un chinelo es un ser que lleva alegría donde se presenta, que inspira, que respeta a las personas, principalmente a los menores, a los adultos mayores y a las personas con discapacidad.

Jamás se ha quitado o puesto la máscara y el traje frente al público, es una de las reglas que se debe respetar para mantener la ilusión del personaje.

“Así se esté congelando el mundo, yo me cambio y entro ya vestido como chinelo, y lo mismo sucede cuando acabo, me cambio afuera”.

Desde su nacimiento, la Comparsa Pura lumbre de Morelos existe esencialmente para llevar alegría a los lugares como asilos, orfelinatos, también han dado funciones para recaudar fondos para beneficios de personas u organizaciones sin fines de lucro.

En la actualidad, no hay fiesta mexicana en la que no participe el chinelo que, de ser un símbolo morelense, se volvió un elemento mexicano, y en el caso de Clemente un personaje que lo vincula con sus raíces, con sus tradiciones, con su gente.

Según Clemente, en Estados Unidos hay un riesgo de que los paisanos se pierdan en las adicciones, ya que es muy frecuente que tomen, por la nostalgia de la tierra, de la mujer, de los hijos, pero luego se comienzan a meter en las drogas y es muy complicado que salgan de ellas, esto es muy frecuente. El sueño americano queda solamente en eso, y a veces se convierte en pesadilla.

Por ello se necesita algo que los motive más allá de ganar dinero. En el caso de Clemente, lo que le dio fuerza fue la música y posteriormente los chinelos.

En la imagen del chinelo, Clemente encontró una motivación para seguir unido a su tierra, que le da fortaleza, identidad y placer.

La existencia de Clemente en Estados Unidos no se podría explicar sin este personaje, que él tuvo que adaptar y al que le tiene un especial respeto, una mística.

De acuerdo con el investigador Armando Josué López Benítez, el brinco del chinelo es una festividad de las élites novohispanas, y el pueblo la retoma y la reconfigura durante la Independencia, como una catarsis por las constantes agresiones sociales y despojos de sus tierras, por parte de los hacendados y la clase política, clerical y gobernante de la región, que actualmente comprende a Morelos, Puebla, el Estado de México, Guerrero, Oaxaca y Michoacán.

El primer carnaval del que se tiene registro es en 1867, organizado por trabajadores temporales de regiones indígenas.

El registro más antiguo se encuentra en Tlayacapan, con dos documentos de 1872. En uno, el presidente municipal de Yautepec se queja de que en Tlayacapan se preparaba una cuadrilla para un carnaval en donde se ridiculizaba a varios personajes de respetabilidad y con vituperio a la religión católica, y en el otro documento se recrimina al presidente municipal de Tlayacapan por no frenar “la burla”, se habla de los 3 días de carnaval, que van del 16 al 18 de febrero. Desde ese entonces ya se menciona que la gente iba disfrazada y con máscaras.

Hacia 1880 se hacían carnavales con la figura del “huehuenche”, pero también comienza a aparecer el “tzinelohua”, que en náhuatl quiere decir “movimiento de cadera. Por eso una de las interpretaciones del traje de chinelo, es que la túnica o manta blanca que se usa es para burlarse del sacerdote del siglo XIX. Y el sombrero es una mofa a la vestimenta de las élites españolas.

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Máximo Cerdio

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Ant. Sufren niños violencia aunque no sea directamente en su contra: SCJN
Sig. Vigilan que no se venda pirotecnia en primer cuadro y en tianguis

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