Se trata del primer simposio en su tipo que se da en un comité hospitalario en funciones, señaló Melquisedec Piedragil Ayala, director general del Hospital del Niño Morelense, al señalar que el comité hospitalario de bioética quedó instalado el 6 de abril del año 2006, y desde entonces se han realizado 60 sesiones, 22 ordinarias, 38 extraordinarias junto con seis Programas Anuales de Trabajo; se ha participado en nueve cursos y seis conferencias de actualización y ha hecho la recomendación a 10 protocolos de investigación, además de que sus integrantes han impartido ocho conferencias.
En esta ceremonia inaugural, en la que participó Pilar Torres, directora de Programas de la Fundación para la Salud y la Educación de la Organización Mundial para la Salud, Melquisedec Piedragil señaló que con esta actividad se da inicio a los festejos del XVII Aniversario del Hospital del Niño.
Enfatizó que en este foro converge la universalidad de pensamientos, ideas y conceptos que ayudarán a médicos y profesionales de la abogacía a entender mejor la práctica médica, “buscando siempre el ejercicio ético de nuestra profesión”, recordando que el logro más trascendente de este comité de bioética del nosocomio infantil, ha sido la creación de la Guía Operacional de Bioética y Una Guía de Transfusión en Testigos de Jehová.
En este simposio se contó con la participación de ponentes expertos en el tema, destacando la presencia del presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Miguel Ángel Falcón Vega, quien impartió la conferencia magistral “Ley sobre Voluntad Anticipada”, que encierra una serie de conceptos y preceptos que hacen una específica distinción entre la eutanasia y la ortotanasia.
Entendiendo a la ortotanasia como el retiro de los medios clínicos que dan soporte a la vida no natural a pacientes sin posibilidad de curación o en fase terminal que garantice un proceso de transición de la vida a la muerte de manera digna para el paciente y los familiares.
Piedragil Ayala mencionó que la bioética es un concepto que requiere una profundidad de análisis, demanda el más amplio conocimiento de los principios filosóficos y la experiencia en la práctica médica para lograr un buen resultado.
“No podemos medir la calidad en la prestación de un servicio sin tomar en cuenta la ética profesional; no podemos juzgar al personal de salud en base a la moral sino al comportamiento ético, que entraña un deber más generalizado y aceptado por la sociedad. Aun nos falta mucho por hacer en esta materia y conocerla”, concluyó el director del Hospital del Niño Morelense.