La directora del organismo, Adriana Vieyra Olivares, explicó que es notorio cómo en estas fechas las denuncias y situaciones de agresión primordialmente a la mujer se elevan de forma considerable, lo cual coincide con el mayor consumo de embriagantes de parte de las parejas. Refirió que se estima que el aumento podría ser del cien por ciento.
La funcionaria refirió que incluso el Instituto en estas fechas no tiene vacaciones; se quedan guardias para atender la demanda de apoyo y servicios que crece al doble de lo habitual.
Otro de los factores que se identifican en esta dinámica que, destacó, podría ser prevenible si se evita el consumo explosivo, es decir, excesivo, del alcohol, es el que los hijos están de vacaciones. “Son condiciones que se suman. Cuando los hijos están en casa, no van a clases, están ahí y la dinámica familiar cambia. También se asocia el factor económico, pero es sobre todo notorio que entre las causas de violencia que las mujeres identifican es el consumo de bebidas embriagantes”, comentó.
Mencionó que se necesita para el organismo de la mujer al menos un monto de cuatro millones y medio para el mínimo indispensable para operar conforme a la demanda histórica que se ha reportado. Recordó que en el refugio no sólo se recibe a mujeres sino también a niños y niñas pues la mayoría de las víctimas de violencia que salen de su vivienda lo hacen con sus hijos, a los cuales naturalmente no se les puede separar de la madre.
Como referencia indicó que en promedio llegan a tener entre 60 y 65 personas en la casa de la mujer, a las cuales, debido a las condiciones de vulnerabilidad, se les debe brindar alimentación y hasta ropa porque muchas de ellas salen huyendo del maltrato físico sin nada más que lo que traen puesto.
Así la directiva destacó la importancia de hacer conciencia sobre la prevención de la violencia, pues si se detecta a tiempo, los primeros signos, las familias pueden ser atendidas y retomar condiciones de vida saludables para todos sus integrantes.