La víctima era primo de uno de los dos sentenciados y éste fue engañado para que asistiera a una supuesta fiesta en la colonia La Pradera de Cuernavaca, donde era esperado por tres hombres que, a golpes, lo encerraron en una recámara para iniciar la negociación con la madre de la víctima, a la que obligaron a pagar cinco mil pesos a cambio de entregarle a su vástago.
El juez Adolfo González López tomó en cuenta que los imputados dieron por cierto todos los hechos de los que les acusó la agente del Ministerio Público, Silvia Bello Rendón, para reducirles la pena de manera importante, pues el secuestro en Morelos es sancionado hasta con 70 años de prisión.
En el expediente judicial JC/496/2013 está asentado que los imputados, Mario Alberto Batalla Mares y Antonio Palacios Romo, fueron detenidos en flagrancia por elementos de la Policía Preventiva estatal, después de que la madre del menor entregó los cinco mil pesos a los plagiarios en la colonia Chipitlán frente a una agencia de automóviles.
Según la Fiscalía contra el Secuestro, la víctima, de nombre Jaime Ulises “N” de 16 años de edad, fue enviado por su madre al Centro de Cuernavaca para hacer el pago de un empeño de joyas, cuando éste recibió la llamada de su primo, Antonio Palacios, para que lo acompañara a una fiesta el pasado 12 de agosto del 2013.
El menor se negó en un principio, pero después accedió y al llegar a la unidad habitacional de la colonia ya mencionada, era esperado por los tres sujetos (entre ellos su primo) que lo golpearon y obligaron a permanecer en una recámara.
Horas después le hablaron a la madre del menor a la que pidieron 300 mil pesos, pero al final esta les comentó que sólo había reunido cinco mil pesos, monto que fue aceptado por los plagiarios que la citaron al día siguiente en la autopista México-Acapulco, frente a una agencia de automóviles, donde les entregó el dinero.
La mujer, segundos después de entregar el rescate, solicitó auxilio a los elementos de la Policía Preventiva que patrullaban la zona, que detuvieron a los ahora sentenciados.
Tras conocer las pruebas que obraban en su contra, los dos detenidos por consejo de sus abogados optaron por declararse culpables e irse por un juicio abreviado, lo que les permitió obtener un beneficio.
El juicio abreviado es un mecanismo que contempla el nuevo Sistema de Justicia Adversarial, que consiste en reducir la pena a los responsables a cambio de que estos se declaren culpables y reparen el daño provocado.
Finalmente el juez González López hizo saber a los sentenciados que además de los 19 años de cárcel, están obligados a pagar una multa de dos mil 663 días de salario mínimo y una reparación del daño de diez mil pesos.