Los animales hicieron su aparición durante el desfile del 16 de septiembre, sobre la calle Galeana y frente al presídium, una vez con pruebas de obediencia y la segunda, minutos después durante un simulacro en el cual un hombre que manejaba un vehículo fue acorralado por tres patrullas. El delincuente accionó una pistola –de salva- y un agente perruno lo atacó, y lo desarmó mientras los policías se protegían desde sus patrullas y ordenaban al criminal que se rindiera. Otro de los agentes policiacos caninos detectó en la cajuela del coche –Corza color plata- la droga. El gobernador y su gabinete miraron todo desde arriba. Hubo Aplausos y vivas para los oficiales, especialmente para los ladrantes.
J. Guadalupe García López, responsable de la Unidad Canina, dio a conocer que son 10 perros con los que cuenta esta sección de la Policía del Mando Único y que los agentes policiacos caninos están adiestrados en protección, detección de bombas, búsqueda de personas, búsqueda de cadáveres y detección, y búsqueda de narcóticos.
Los oficiales caninos tienen entre un año y medio, y tres años y medio –los más experimentados, traídos de Bélgica, Rusia y Checoslovaquia- y trabajarán de manera conjunta con un oficial –algunos son mujeres- para formar un “binomio”.
El comandante J. Guadalupe tiene a su lado un pastor belga, de la variedad “tervueren”.
–Jacob –Yeicob- es mexicano, nació en Guadalajara, Jalisco y se encuentra en Morelos; se especializa en detección de narcóticos y aquí seguirá. Entran en blanco y se les adiestra para un aroma, después otro y después otro, y así; su capacidad es ilimitada pero tratamos de que se especialicen para que tengan más efectividad –me platica el comandante mientras el cánido frota su cabeza y lomo contra la pierna del agente de manera muy cariñosa, como entendiendo lo que el policía dice de él.
También comenta que aun cuando hay razas con cierta particularidad, no todos tienen lo necesario para ser agentes policiacos; verifican el temperamento, el temple, la fuerza:
–Tratamos de que sean sociables con las personas, pero algunos tienen un temperamento muy fuerte, irritable, y a estos por ejemplo se especializan en detectar bombas. Hay otros de vigilancia, que pueden andar por la calle, sin que se alteren por el tráfico o por la gente, son muy pero muy cariñosos. Jacob inició de blanco, quiere decir que no traía nada; ahorita ya tiene su obediencia, tiene su guardia y protección, y ya nos está marcando los narcóticos. Con él tenemos ya alrededor de cuatro meses. Dentro de los narcóticos él ahorita tiene un aroma y puede desarrollar cinco o seis aromas.
J. Guadalupe García López ha trabajado en Tijuana, de donde es originario, y relata que allá los perros policías antinarcóticos como Jacob son muy eficientes; ayudan mucho en la detección de narcóticos y en la detención de infractores de la ley; y recuerda un caso de alto impacto en el que participó con sus compañeros cánidos:
Había un delincuente parapetado, pero era peligroso porque tenía cinco armas largas y no había forma de que ninguno de nosotros pudiera acercarse. El delincuente llevaba ya un buen rato y no podíamos atraparlo. Entonces entró en acción un policía como Jacob y como el delincuente no se esperaba, lo inutilizó y pudimos atraparlo sin que hubiera bajas. Él hizo la detención.