Y es que la defensora pública pidió el pasado viernes a la juez no tomar en cuenta la cuantía del robo, así como las amenazas que el individuo presuntamente profirió contra la víctima, de nombre Mildred “N”, que asegura que fue despojada de cuatro mil pesos (dinero que era su salario quincenal), pero los policías sólo encontraron al supuesto ladrón 500 pesos dentro del bolso que le robó a la mujer.
“Él sólo dijo: ‘morra, ya valió’. Pero eso en sí no significa nada. ¿Ya valió qué? El monto, según la víctima, es de cuatro mil; y, según ella, tres mil 500 pesos mi representado los tiró en el camino. ¿No era más fácil tirar el bolso?”, cuestionaba la defensora.
Y es que antes, la Fiscalía Contra Robos pidió vincular a proceso a Juan Carlos “N” porque –indicó– actuó con otro individuo: se apoderó de cuatro mil pesos y usó un cuchillo para someter a la víctima. En respuesta a los argumentos de la defensora, la Fiscalía preguntó si el usar un cuchillo no era motivo suficiente para acreditar la violencia.
El debate en esta audiencia se centró en esos puntos, porque ésa es la diferencia para que Juan Carlos pueda obtener su libertad, ya que el monto y la violencia son características indispensables para la clasificación del delito de robo calificado, y es que este ilícito tiene una sanción de hasta diez años de prisión.
Sobre los antecedentes del hecho, la Fiscalía afirmó que la víctima se encontraba con su pequeño hijo de tres años en las escaleras de una tienda de autoservicio ubicada en la avenida principal de la colonia Misión, en el municipio de Emiliano Zapata, cuando vio a dos sujetos, pero uno de ellos se aportó, la confrontó y le dijo: “Morra, ya valió”.
Al ver el cuchillo, la mujer tomó a su hijo entre sus brazos y corrió, dejando su bolso en las escaleras, mientras le gritaba a su esposo, Wenceslao “N”, que la ayudara.
El cónyuge corrió tras los tipos, a los que siguió por varias cuadras, atrapando a Juan Carlos cuando éste se tropezó con una piedra.
Posteriormente, el marido entregó al joven a la Policía, pero el presunto ladrón sólo llevaba el bolso, en cuyo interior había 500 pesos; es decir, hacían falta tres mil 500, pues la ofendida insiste que llevaba cuatro mil porque ese día recibió su salario.
El imputado sólo movía la cabeza, como negando lo que la fiscal decía, pero no rindió declaración sobre los hechos porque así se lo aconsejó su defensora.
“Creo que hablar de robo calificado es excesivo, pues no traía esos cuatro mil (pesos)”, insistió la defensa. Pero la juez de control, al dar lectura al auto de vinculación a proceso, consideró que bastaba traer consigo el cuchillo para someter a su víctima y con ello cuadrar el robo calificado. Además dijo que la frase que usó el supuesto ladrón sí fue usada para amenazar a la mujer con provocarle un daño si no accedía a entregar sus pertenencias.
Finalmente, la juez consideró que sí se trató de un robo calificado y emitió su fallo, condenando al hombre a estar en prisión mientras se desarrolla el juicio, sin embargo la defensora anunció que pedirá una audiencia para solicitar nuevamente a la juez que le permita obtener su libertad mientras se desarrolla el proceso judicial.