Los abogados particulares al descubrir que el doctor (que declaró en otra sala para no confrontarse con los detenidos) usaba documentos para rendir su declaración, pidieron al Tribunal de Juicios Orales invalidar la prueba, pues consideraron que el profesionista fue inducido por la fiscal del caso para señalar a los seis detenidos.
Los abogados invocaron la teoría del árbol caído, que es utilizada en el sistema penal anglosajón, y que refiere que basta que una prueba esté contaminada para declarar nulo el caso.
La víctima estuvo en todo momento asesorada por un psicólogo del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) para salvaguardar la salud mental del testigo y la víctima, pero a pesar de que no se apreciaba en el monitor la imagen de manera clara, uno de los abogados se dio cuenta que el declarante tenía consigo un folder con documentos y se ordenó al secretario de acuerdos recoger los papeles, en los que se encontraban las fotografías de cada uno de los detenidos y ahí se explicaba el papel que cada uno de los jóvenes presuntamente desempeñó en el plagio.
Antes el Tribunal de Juicios Orales apercibió a este reportero a no dar a conocer datos personales de los imputados, porque uno de sus abogados así lo solicitó públicamente.
De acuerdo a la declaración del médico, el pasado 19 de junio del 2013 éste salía de su casa en la colonia Lomas del Tzompantle a bordo de un automóvil Minicooper 2012, cuando fue interceptado por seis sujetos que iban en un Volkswagen tipo Jetta color café.
El galeno dijo que no pudo escapar y fue cuando dos sujetos lo amagaron con armas y se subieron a su automóvil, llevándolo a un departamento que ahora se sabe está ubicado en la colonia Alta Vista, al norte de Cuernavaca.
El profesionista en su declaración definió el grado de participación de cada uno de los seis detenidos y quién de ellos era el jefe, así como otros detalles para ubicar en tiempo, lugar y circunstancias a cada uno de los indiciados.
Sin embargo fue justo en el momento en que narraba quienes fueron los que le golpearon, cuando uno de los abogados interrumpió la declaración y se quejó ante los jueces que el hombre utilizaba hojas para apoyarse.
“¿Su señoría cómo podemos saber si lo que dice es verdad? Es casi un hecho que el señor fue aleccionado”, se quejaba uno de los abogados. Mientras que el otro dijo que lo sucedido era motivo para interponer un recurso y echar abajo la prueba.
Lo anterior puso en aprietos al Tribunal, que tuvo que deliberar por varios minutos, hasta que decidieron continuar con la prueba y antes de emitir la sentencia determinar si esta se apega o no a la legalidad.
Antes, agentes de la Policía de Investigación Criminal también declararon y refirieron que los seis jóvenes fueron aprehendidos porque para liberar al doctor pactaron con su esposa un pago de 30 mil pesos en efectivo y la entrega de dos automóviles -un Jetta y el minicooper- pero en el primero la Unidad Especializada de Antisecuestros puso un dispositivo llamado GPS que permitió ubicar el carro vía satélite.
Fue así como horas después del plagio, la Policía Municipal de Cuernavaca apoyó a los elementos de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado y se detuvo a los seis sujetos cuando fueron a recoger el vehículo que estacionaron en la unidad habitacional en donde estuvo privado de su libertad el médico.
Los presuntos secuestraron llegaron por el auto a bordo de una camioneta y todos ellos han sido identificados por la víctima, quien ha declarado en varias ocasiones que tuvo la oportunidad de verles el rostro a cada uno de ellos.