En el Distrito Federal les tocó el número 123, de una lista de más de 250 seres fantásticos que participarían en el Octavo Desfile y Concurso de Alebrijes Monumentales, organizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal; el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Museo de Arte Popular, en donde estarían piezas de diferentes delegaciones del DF y de algunas entidades como el Estado de México y Morelos.
De acuerdo con artesanos de México, la cartonería es representativa de México ya que tiene presencia en muy diferentes festividades como en las de Navidad y año nuevo, en las calaveras de Día de muertos, en los judas de Semana Santa y en las fiestas populares con los toritos. Coinciden en que la cartonería es una cultura del pueblo, que se estaba perdiendo pero que el Museo de Arte Popular de la ciudad de México rescató, hace ocho años, con el desfile y exposición de alebrijes.
El desfile
El alebrijerío partió –en una larga hilera salieron sobre estructuras de metal y ruedas, jalados por personas que integraban diversos colectivos– después de las 10 de la mañana, de la Glorieta del Ángel de la Independencia hacia Sevilla, cruzó por Chapultepec y llegó hasta Álvaro Obregón. En las ediciones anteriores había iniciado desde el zócalo pero por esta ocasión el trayecto fue más corto y duró solamente 45 minutos, lo cual lamentaron los expositores.
Metáforas, imágenes poéticas de cartón, los colores, colas, colmillos y garras volaron sobre Insurgentes ante el asombro una multitud que se había dado cita en las banquetas de la avenida más larga del mundo para ver este espectáculo.
Se instalaron en Álvaro Obregón
A eso de las 11 de la mañana los expositores y sus obras se instalaron en el camellón de la avenida Álvaro Obregón, colonia Roma, y la gente comenzó a visitarlos.
Había risas y mucho movimiento: los seres raros que unían animales reales con fantasiosos; seres de tierra y agua unidos a especie de mar, sorprendían lo mismo al niño que al abuelito.
Los padres explicaban de qué estaban hechos y cómo se construían: cartón, pegamento, carrizo, pintura. “El alebrije es una artesanía inventada por Pedro Linares López en 1936”, se escuchó entre la multitud. Los muchachos bailaban quebradita con el “Nuevo futuro Musical de Morelos, la número 1, la Banda SN, arrasando y conquistando”.
Varios cartoneros llevaron máscaras y pintaban alebrijes que luego luego se vendían.
Alfonso Morales representando a Morelos
A la altura de la calle Tonalá estaba, Alfonso Morales Vázquez, artesano cartonero y su familia, pintaba algunas obras para vender y poder regresar a la comunidad de Tlatenchi.
El poco dinero que tenían Alfonso y el apoyo que recibió de dos particulares sólo alcanzó para traer a tres alebrijes: Cuatalatita –de 2.30 de alto por 4 metros de largo–, Lobito y Jaguar-Tortuga. En su casa quedaron Mamá y Cocodrilo, dos obras tanto o más grandes que las que trajo.
Estas piezas se comenzaron a hacer desde agosto y se concluyeron hasta el día de ayer, no le dedicaron todo el tiempo, pero si horas: empapelado, la estructura, pintura. Cartón engrudo, alambre, alambrón varilla, carrizo, pintura acrílica cartonería; todo ello, fue sufragado por la familia de artesanos. También se pagó a un soldador –que cobró más de tres mil pesos por pieza.
–Hasta el viernes 12 estuvimos esperando el apoyo económico que solicitamos a la Secretaría de Cultura. Nunca llegó, nos dijeron, por teléfono y después de estar insistiendo, que no tenían recursos –esta información la dio a conocer la reportera Yesenia Daniel el 13 de diciembre, a partir de una entrevista que tuvo con el artesano. Por la tarde hicimos una junta en la familia. Yo le dije a mis hijos –un muchacho y una chica con un niño–: “no llegó el recurso, si llevamos los alebrijes nos sacrificaremos para comer durante la próxima semana”. Todos votaron por venir y aquí nos tienen, por octavo año consecutivo representando a Morelos.
Alfonso Morales, ganador de varios premios estatales y nacionales, criticó a la Secretaría de Cultura:
–Apoyan a otro tipo de cultura. Nuestra cultura es cultura del pueblo, artesanías: la Secretaría de Cultura es solamente organizadora de evento masivos, pero esto no es masivo, lo nuestro, la cartonería. A los artesanos nos han olvidado. Antes de esta administración nos hacían festejos del día del artesano, que es el día de San José. Nos invitaban al Jardín Borda, ahí nos daban una convocatoria para participar en el Concurso Estatal de Artesanía, ahora sacan la convocatoria pero no nos invitan. Pero nosotros como artesanos vamos a seguir en lo nuestro, no porque en Morelos no nos apoyen vamos a dejar de trabajar, de hacer lo que nos gusta. A pesar de las autoridades. El Centro Regional de Innovación y Desarrollo Artesanal tenía un fondo para que nos comprara artesanía, luego se convirtió en Museo de Arte Popular, que es sólo una tienda que vende las artesanías a consignación.
En el camellón de exposiciones donde estos seres de colores llenaban la mirada del público había dos representantes más de Morelos: uno de Cuautla, de nombre José Marcos Zenteno Aguayo, quien tampoco recibió apoyo de las dependencias de gobierno y quien dijo que ya ni se molesta en solicitar ayuda porque a la secretaria Cristina Faesler no le interesa este tipo de artesanías.
Cuatalatita, Lobito y Jaguar-tortuga se quedan en el DF
Alfonso Morales y su familia no regresarán a Morelos a Cuatalatita, Lobito y Jaguar-tortuga.
–No tenemos dinero para pagar el transporte para regresarlos, así que estarán aquí hasta el 28 de diciembre, para que las personas los admiren, y después los donaremos al Museo de Arte Popular de la ciudad de México.
Alebrije sin apoyo
Para recaudar fondos para alimentarse y regresar a Jojutla –cada pasaje cuesta 140 pesos–, debajo de Jaguar-tortuga la familia Morales pintó un letrero: “Alebrije sin apoyo. Gracias por tu cooperación”.
Luego de que la gente veía una fiebre de colores elevándose hasta casi tocar las ramas de los eucaliptos, bajaba la vista y se detenía en el texto. Las mamás daban monedas a los niños que presurosos metían el dinero en el bote de los artesanos.
Muy cerca de ahí había otro alebrije gigantesco, era el número 225. Al lado de la pata de éste y debajo del letrero de El Palacio de Hierro, se leía: “Soy totalmente Palacio”.
Epílogo
El 20 de diciembre el comité organizador de la exposición dará los resultados y de acuerdo con la convocatoria se premiará a los tres primeros lugares con 60, 40 y 30 mil pesos, respectivamente. Además, se otorgarán cinco menciones honoríficas con 10 mil pesos de premio cada una, y habrá un estímulo económico indivisible de 60 mil pesos, el cual se determinará con la votación del público que admire estas enormes obras.