Durante el foro “El tratado del alma 135 años después”, organizado por la 48 generación de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), se llevó a cabo la conferencia “Coaching y Biorretroalimentación frente al desafío del estrés laboral”, en la que se destacó que la agresión laboral es un tema de análisis permanente.
Dijo que entre los principales factores que desatan la violencia en el trabajo es el ego de los jefes, que en la mayoría de los casos piensan que los demás existen sólo para servirles de una u otra manera, además de que presentan la incapacidad de detectar “semillas de éxito” en los demás.
“Empiezan a agredir a su equipo de trabajo, es decir, cómo me agredo a mí mismo, a través de la somatización, que tiene que ver con la organización del trabajo, concepción de tareas, tipo de dirección y falta de experiencia”, expresó.
Destacó que las mujeres son, según varios estudios, las principales víctimas de agresiones laborales. Las razones pueden encontrarse en que las ocupaciones que desempeñan no están catalogadas como de "alto riesgo", como profesoras, trabajadoras sociales, empleadas del sistema sanitario, del entorno bancario o de comercios.
“Enojarse de vez en cuando es totalmente natural; cierta cantidad de enojo es necesaria para la supervivencia, y bien canalizada nos puede impulsar a actuar asertivamente para resolver un problema. No obstante, el enojo crónico es perjudicial y a veces oculta otras emociones”, explicó.
Guerrero Sánchez dijo que el concepto de violencia comienza por situaciones en las que se empieza hablando y se va pasando a actos de mayor intensidad, así, la violencia en el trabajo es uno de los riesgos a los que están sometidas las personas que interrelacionan con otras personas en el desempeño de su trabajo, que incluye además de las agresiones físicas, las conductas verbales amenazantes, intimidatorias, abusivas y acosadoras.