Narró que a su arribo como responsable de los centros penitenciarios, el interno Jacobo González Quintana, el entonces líder de autogobierno en las cárceles estatales, produjo una riña masiva a manera de presentación y demostración de poder, pero de inmediato junto con la Secretaría de Gobernación tomó medidas para su traslado a un penal federal y desmanteló los grupos que pretendieron retomar el control.
Aseguró que desde entonces quedó desarticulado el autogobierno tanto en el Centro de Reinserción Morelos en Atlacholoaya como en las cárceles distritales, pero aceptó que permanentemente hay intentos de internos, particularmente de los grupos criminales “Los Rojos” y “Guerreros Unidos” que han sido detenidos en los últimos meses, de reinstaurar los cotos de poder y crear otra vez un autogobierno.
“Sigue habiendo día a día muchos brotes, pero hay que estar siempre y permanentemente pendiente para no permitirles ningún liderazgo de grupos al interior de los establecimientos, cuando consideramos nosotros que está surgiendo un líder y está ampliando algunos cotos de poder, inmediatamente, como el juguetito ese de la ranitas en donde los niños les pegan, ¿a dónde me vas?”, dijo.
Explicó que los internos que intentan erigirse como líderes de inmediato son sometidos a medidas de seguridad más rigurosas, reclasificados y recluidos de acceso restringido o zonas de alta seguridad, con el fin de tener mayor control de sus actividades y evitar cualquier acto que desestabilice.
También reconoció que costó mucho trabajo recuperar el carácter de autoridad de los custodios, quienes estaban acostumbrados a recibir órdenes de los internos y aseguró que ahora se mantiene mayor control de los establecimientos penitenciarios.