Aunque el hecho se registró el año pasado, cuando tres munícipes se burlaron de la vestimenta de las vendedoras, el asunto aún sigue su curso en la Comisión de Derechos Humanos, en donde se busca que los regidores reconozcan la falta cometida en contra de las mujeres indígenas.
Sobre el asunto, Paredes Sotelo indicó que se encuentran en la etapa de notificación, para llegar a un acuerdo por la falta cometida en contra de las artesanas que tienen sus puestos frente al restaurante Los Arcos, en la Plaza de Armas “Emiliano Zapata Salazar”, y refirió que pueden aceptar o no aceptar las recomendaciones que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos les gira, pero lo que la comuna busca evitar, es que se les obligue a autorizar la permanencia de las vendedoras, aún y cuando deterioran la imagen del Centro Histórico de Cuernavaca.
“La intención es no aceptar que la comisión se constituya en un órgano rector que decida a qué comerciantes se les autoriza o no establecerse en el Centro”, finalizó.