Edgar y Juan Carlos “N” este miércoles comparecieron ante la jueza penal del Primer Distrito Judicial, Gabriela Acosta Ortega, quien terminó vinculando a proceso al primero por robo calificado (lo absolvieron por tentativa de homicidio) y el segundo quedó en libertad porque la juzgadora consideró que pudo no ser cómplice del robo, sino más bien los responsables abordaron su taxi.
Los hechos se registraron el pasado 25 de abril en una tienda con razón social “La Gringa”, en la avenida Benito Juárez del centro de Cuernavaca, lugar al que alrededor de las seis de la tarde ingresaron dos sujetos. Uno de ellos -según refiere la víctima- iba con una playera del club de futbol Barcelona y era éste quien portaba un arma.
La mujer en su declaración dijo que los hombres la tiraron al piso y le quitaron mil pesos en monedas de la caja registradora. Afirmó que el hombre que portaba la pistola accionó el arma en su cabeza, pero afortunadamente la pistola no detonó.
Los responsables se llevaron consigo otros cinco mil pesos y un teléfono marcha Iphone.
Minutos después fueron detenidos por elementos del Mando Único, pero uno de los supuestos responsables escapó.
La juez consideró que la Fiscalía General del Estado no aportó pruebas de que uno de los hombres pretendió matar a la propietaria de la tienda.
“Eso es muy difícil de determinar porque no encontraron la pistola. Es más no se sabe si el arma que asegura la mujer tenía su atacante, tenía balas, quizá no”, indicó la juez.
La pistola que asegura la mujer llevaba consigo el delincuente no fue encontrada por los elementos del Mando Único, es por ello que la juez consideró que no había manera de probar el dicho de la víctima y del fiscal del caso. Es decir no se sabe si el detenido tuvo o no la intención de matar a la comerciante.
La juez explicó que la tentativa de homicidio tiene la característica de que el agresor pretende privar de la vida a otro, pero esto no se consigue por causas ajenas al que agrede.
En su resolución, Acosta Ortega eximió a Edgar de tentativa de homicidio, pero en el caso de Juan Carlos acusó al fiscal del caso de pretender manipular los hechos.
“La víctima dice que conoce al taxista porque era su cliente y seguido se estacionaba en ese lugar, más no dice que se introdujo a la tienda a cometer el delito. Pudo suceder que se estacionó y fue abordado por los dos hombres que cometieron el delito”, afirmó la juez.
En el caso de Edgar la comerciante sostiene que no es la primera vez que la roba, pero en otras ocasiones no pretendió asesinarla.
El hombre, por la naturaleza del delito que cometió, quedó vinculado a proceso, mientras que el otro este miércoles obtuvo su libertad, aunque la juez le hizo saber al ministerio público que puede impugnar su resolución.