Mantiene a su familia de la cantada y de la tocada. Sale de su casa a las seis de la tarde y regresa hasta la madrugada y ha amanecido en la calle cuando hay trabajo. También recorre solo las calles que conoce de memoria y toca en las cantinas y los bares, en donde lo conocen y lo contratan. Es ciego y, por extraño que parezca, no usa bastón.
“Tengo muy fino el oído. Camino y cruzo las calles sin bastón, no sé usar el bastón y me estorba. Siempre cargo en una mano mi guitarra y en la otra mi abrigo cuando hay frío, entonces no tengo otra mano para el bastón”.
Celestinoes un músico lírico de la tercera edad, originario de un pueblo cercano a Arcelia, Guerrero, y se ha dedicado a la música desde hace 45 años.
“Desde luego, tocamos más en entierros que en nacimientos o celebraciones. ‘Mitad tú mitad yo’, ‘Hermoso cariño’; pocas canciones para nacimiento, pero para morir hay muchas”.
– ¿Qué canciones les piden más?
–“Gema” y “Tres regalos”, sin duda, las he cantado miles de veces.
Antes de ser trovador fue vendedor de pollo destazado y después compró unas vacas y vendió leche, pero su eficiencia visual no le permitió continuar con esos negocios y se dedicó de lleno a la tocada.
La vida de Celestino está llena de anécdotas:
“Una vez nos contrataron para tocar y nos llevaron en taxi a la casa donde vivía la mujer del gallo (serenata). El cliente me dijo: ‘en esa casa’. Entonces nos bajamos y comenzamos a tocar muy bonito y todo, de pronto salió un hombre con la fusca (pistola) en la mano. ‘¡Qué jijos de la chingada!’. Cálmese, a nosotros nos contrataron para venir a tocar a esta casa y no sabemos… La mujer era casada. El que nos contrató se fue corriendo y nos dejó ahí frente al marido y su arma. No acabamos la canción, nos metimos al taxi y nos regresamos”.
Lira Campos es armonía pero le hace al requinto, y reconoce que hasta antes de Juan Neri, integrante de Los tres ases, el requinto no destacaba:
“Juan Neri llevó el requinto a lo más alto, después de él hubo excelentes requintistas como Alfredo Gil, Chamín Correa, Gilberto Puente. Neri tenía una velocidad extraordinaria, era claro, hacía muchas ‘arañas’ (arpegios). Acá en Cuernavaca, el que me gusta como requintea y que es un perro para el requinto es mi amigo Tansio, por ahí anda…”.
– ¿Ha compuesto alguna canción o arreglo?
–No, pero soy muy bueno descomponiendo… Cuando no me acuerdo. Ayer me pidieron “Que me lleve el diablo” y no me acordé que comenzaba ‘Qué rayos me pasa a mí’, y comencé diciendo ‘Si un día te fuiste de miiii…’.
Celestino tiene en su memoria un repertorio de más de mil canciones. Todos los días, después de las seis de la tarde se le puede encontrar, junto con dos guitarristas que forman el trío Los Andariegos, en el Jardín Juárez, en el centro de la ciudad. Cobran a 80 pesos la canción y van a donde los lleven. Su teléfono es 777 790 04 42.