Desde ahí, vestido con su playera roja de bombero, pelaba el ojo y movía la oreja cuando los funcionarios hablaban y hablaban.
Ahí escogió un buen lugar para descansar, no se puso en cuatro patas ni cuando el comandante ordenó romper filas a sus compañeros. Es más, ni se levantó para tomarse la foto oficial. Terry siguió soñando con la cabeza en el piso fresco.
Iván Soler, oficial bombero de Cuernavaca, relata que Terry tiene aproximadamente cuatro años de edad, y lleva un año y medio en el cuartel.
“Hace unos 18 meses un vecino del lugar reportó que se había caído un perro a una barranca, la del Túnel, por lo que acudimos a rescatarlo. Es una barranca profunda, como de 40 metros. Y nosotros lo trajimos al cuartel. Pusimos avisos de que lo teníamos aquí, para que su dueño lo pasara a recoger, pero nunca pasó. El que pasó fue el tiempo y Terry seguía con nosotros. Hasta que se quedó aquí, ahora vive aquí en la estación”.
Iván dice que él y otros compañeros son los responsables de alimentarlo y bañarlo. “No lo sacamos a pasear; él se saca solo”, bromea.
“El perro es muy cariñoso y además muy inteligente. Acá se quedará con nosotros. Lo queremos mucho, lo sabe y le gusta estar entre nosotros. Y aquí se quedará hasta que él quiera”, concluyó.