A la fecha, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) no ha recibido respuesta a la solicitud de intervención de parte de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) por los derrames de gasolina, ocurridos en agosto de 2015 y en enero de este año.
Laura Ortiz Hernández, directora general de Desarrollo Sustentable de la UAEM, informó que desde el primer derrame de gasolina en las inmediaciones del campus Chamilpa, registrada en agosto del 2015, se solicitó a la Profepa su intervención para conocer los alcances de la contaminación e iniciar el procedimiento de denuncia contra quien resulte responsable. Lo mismo se hizo con la fuga registrada el 16 de enero de este año y no se tiene respuesta de la autoridad ambiental.
Ortiz Hernández señaló que cuando hay contaminación con cuestiones ajenas a la naturaleza, como este caso, lo que se tiene que hacer es remediar el sitio a través de quien lo contaminó.
Informó que de Profepa no se ha recibido respuesta a la carta, pero por parte del gobierno del estado acudió personal de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, también personal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y con personal del Programa de Gestión Ambiental Universitario (Progau) llegaron a la conclusión que se tiene que bio-remediar el sitio.
Comentó que aunque no es la especialidad de las dependencias antes mencionadas, realizaron pruebas de concentración de gases y explosividad y determinaron que no es un sitio de riesgo alto, basados con normas oficiales que tienen que ver con presencia de CO2 y explosividad.
“Sin embargo lo que nosotros pedíamos a la Profepa era la parte de ver hasta dónde llegó la gasolina, a qué profundidad y qué concentraciones había, esa permanencia todavía pendiente. Probablemente a estas alturas ya se evaporó o ya se degradó, etcétera. Pero no es posible saberlo, y también existe una norma especial mexicana que nos está especificando límites máximos permisibles de hidrocarburos en el suelo. Y eso nunca se llevó a cabo y me parece que incluso ahora tendría que hacerse como para verificar si todavía está la presencia del hidrocarburo, o si ya se evaporó o ya fue arrastrado por la lluvia”, declaró.
El daño que genera la filtración de este combustible es muy grave, dijo Laura Ortiz, ya que se puede filtrar hasta contaminar los mantos acuíferos, ya que esta es una zona de recarga y zona natural protegida. “Viajan acuíferos desde el norte al sur del estado y en caso de haberse evaporado el daño es a la atmósfera, ya que la gasolina está compuesta por compuestos orgánicos volátiles. Además viven microorganismos en la zona y de eso depende el equilibrio del ecosistema en el bosque”, señaló.