Cuernavaca, Morelos.- El Colegio de Cirujanos Plásticos, Estéticos y Reconstructivos del Estado de Morelos, alertó a la población sobre la oferta de servicios quirúrgicos y otras intervenciones, por parte de médicos que no cuentan con preparación adecuada ni la experiencia suficiente. La agrupación pidió a las autoridades actuar ante la existencia de una supuesta maestría, cuyos estudios no tienen validez, ni acreditan a quienes la cursan para llevar a cabo procedimientos especializados.
El presidente del colegiado, el doctor Luis Omar Araujo Montes, expuso que han identificado recientemente que se está ofreciendo a médicos generales, contratar a una institución privada para realizar una presunta "Maestría en cirugía estética".
Junto con integrantes de la mesa directiva, mencionó que en Morelos hay expertos que tienen un certificado con reconocimiento nacional, y el objetivo es dar a conocer a la ciudadanía quiénes son los profesionales que sí cuentan con la formación y prestigio en esta área de la medicina.
Explicaron que el supuesto posgrado se ofrece a través de internet, por parte de una escuela del estado de Veracruz; algunas de sus enseñanzas son a distancia, es decir, virtualmente, y son mínimos los tiempos de prácticas, que en muchos de los casos hacen con cadáveres y en clínicas privadas. Destacaron que se promete a quienes se inscriben y pagan que en dos años ya cuentan con ese grado escolar.
Cabe señalar que la Ley General de Salud determina que los médicos que no tienen una especialidad en cirugía plástica y reconstructiva, no pueden realizar procedimientos en los hospitales, incluso los privados. De tal manera que los médicos que contraten ese tipo de escuelas no podrían ser recibidos en nosocomios, porque tendrían que ser sancionados por la Comisión Federal de Prevención de Riesgos Sanitarios, y por lo tanto su dinero y su tiempo sería una pérdida.
Leobardo Gil Abadie, integrante de la mesa directiva del colegio, explicó que la llamada maestría, "es sólo un grado académico, si es que hay reconocimiento de la SEP". La subespecialidad es una formación académica, universitaria, que se realiza en hospitales públicos, en la que se adquieren destrezas. Su formación es de al menos 13 o 15 años, pues primero cursan la licenciatura, posteriormente la especialidad en cirugía; la siguiente etapa es la subespecialidad en cirugía plástica y reconstructiva (de 3 a 4 años) y adicionalmente los doctores pueden hacer otro posgrado para seguir la formación hasta ser expertos en alguna de las ramas. Recordaron que para hacer cualquier especialidad se hace un examen de oposición nacional. "En dicha maestría sólo pagan por entrar, con un título de médico general y partero y su curso sólo dura dos años, con cursos que se toman sólo los fines de semana, con académica teórica, hasta donde entendemos, en Xalapa".
El doctor Rolando Samper Mendoza -igualmente miembro de la mesa directiva de la agrupación- manifestó que los pacientes deben cuidar su salud, pidiendo al profesional con el que acuden que les muestre la documentación que avala su formación.
Hizo referencia a que muchas veces hay publicidad hasta en redes sociales, pero no cumplen con todos los requisitos, cuya observancia vigila la Cofepris.
Estimaron que por cada médico certificado en especialidad, hay 15 que no cuentan con ella y ofrecen servicios o procedimientos quirúrgicos.
Los expertos informaron que la población puede consultar quiénes son los especialistas certificados a través de la página web de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética Reconstructiva y del Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, donde aparecen los datos del doctor y su cédula profesional, así como su dirección.
Las consecuencias pueden ser fatales
Los especialistas hicieron notar que en algunas ocasiones la gente acude a ciertos establecimientos o con determinados médicos, porque consideran que resulta más barato, pero alertaron que las consecuencias pueden ser muy graves, incluso fatales.
Llamaron a la autoridad a intensificar la vigilancia en hospitales, clínicas y spa para que no se permita que se realicen intervenciones por parte de personal no calificado y certificado.
Araujo Montes comentó que el efecto mínimo de tomar una mala decisión en cuanto al profesional que les realizará alguna intervención, es la insatisfacción. Es decir, que no se tenga el resultado esperado, lo cual -comentó- es problema que ven muy frecuentemente en sus consultorios. "Cuando ven la medicina como un negocio y buscar operar a diestra y siniestra, no les interesa si él o la paciente está en condiciones, si va a alcanzar los resultados que busca y se arriesgan".
Los problemas pueden ser múltiples, como por ejemplo, en una liposucción puede haber necrosis de piel; en una rinoplastia podría haber deformidades a nivel nasal; otra común en implantes de busto es cuando el material no es el adecuado, puede haber salida o extrusión de implantes o mala cicatrización, que a final de cuentas implica un aspecto no deseado, entre otras.
Otro de los riesgos que han observado en mayor medida es que quienes no son profesionales, llegan a usar sustancias químicas para infiltraciones que no son las indicadas. "Ofrecen precios bajos, pero imagínese que le podrían poner aceites vegetales en la cara en lugar de colágeno u otras, y en seis meses la reacción en el cuerpo puede ser incluso tóxica".
Incluso cuando buscan un servicio de bajo costo con una persona no apta, los pacientes ni siquiera consideran la viabilidad de presentar denuncias o demandas por malos procedimientos, porque les resultaría más caro iniciar un juicio. Las complicaciones llegan a ser de tal grado, que otros cirujanos no aceptan tratar de solucionar o arreglar esos resultados fallidos con una segunda o tercera intervención, ya que para ellos implica una mayor responsabilidad en lo médico, pero también a nivel legal.
Los tres médicos fueron enfáticos en señalar que para un especialista es fundamental su prestigio y el ejercicio ético de la cirugía plástica reconstructiva. "Para nosotros es ciencia y es arte, tenemos la facultad de brindar a las personas una mejoría psicológica, tiene un fundamento muy grato como el restaurar funcionalidad adecuada del cuerpo humano, porque no sólo es estético, también es reconstructiva. Nos mortifica el hecho de que se realizan cirugías que no tienen la pericia y lo hacen a sabiendas de ello. Por lo tanto, los efectos individuales y sociales pueden ser muy negativos, y la imagen de los profesionales también resulta dañada", añadió Gil Abadie.
En Morelos, el Colegio cuenta con 12 socios y tiene identificado en total 18. De las personas que ostentan la maestría ya referida, han observado entre seis y siete personas, más las que no han sido localizadas a la fecha.
A ellos se suman personas que ni siquiera son médicos y se atreven a ofertar otro tipo de métodos que ponen en riesgo la salud de sus usuarios y que ellos ven como clientes más que como pacientes.