Para el secretario general del Partido Acción Nacional (PAN), Liborio Román Cruz Mejía, la presencia del mandatario federal “apoyará e impulsará la política no sólo del gobierno de Marco Adame Castillo sino del Comité Directivo Estatal del PAN y de toda la sociedad en general, previo a los comicios del 2012”. Para otros, que no empatan con el claro apoyo que Calderón tiene sobre Ernesto Cordero para sucederle, seguramente será hasta estorbosa la presencia para informar sobre el desarrollo de su gobierno.
Apenas este fin de semana, para celebrar los 72 años de existencia a nivel nacional y 69 en Morelos, los integrantes del instituto político gobernante en Morelos, se dieron cita en la sede del World Trade Center. La iniciativa fue de varios comités municipales que advirtieron no habría nada organizado por la instancia estatal ni por el Gobierno, alternativas que por cierto se sumaron.
La unidad que durante decenios ha caracterizado a los integrantes, a los actores de decisión, hoy parece desvanecerse. En la reunión panista hubo muecas y sonrisas; todos ellos saben que está muy próxima la definición que habrá de tomarse en su Consejo Político Nacional y en el estatal, pero también entienden que los equipos y grupos tienen muy definidos a sus personajes y la consecuente estabilidad o búsqueda de una oportunidad.
Por eso la presencia del senador Adrián Rivera Pérez provocó gestos; de aprobación y no tanto. Desde Cuautla, en donde se programó su informe de actividades, muy puntual inició la ceremonia para empatar con el encuentro y saborear la basta comida que se sirvió. En Rivera Pérez se recarga la continuidad de un proyecto del panismo tradicional y muy cerrado equipo que desde su lucha en el 2000 lograron consolidar triunfos que los han llevado a ese círculo y a pocos más a espacios de poder y a candidaturas que aún mantienen reservas muy precisas.
Alejandro Villarreal Gasca provocó más gestos; de aprobación y no tanto. Otro equipo, integrado por algunos que se sienten desplazados y maltratados después de la derrota intermedia en 2009, ven la figura del responsable de las Finanzas como una candidatura fortalecida en base a la relación familiar, a la capacidad profesional y al desempeño del individuo. Otros lo ven como el arribo de un personaje alejado de la lucha partidista y por ende no perteneciente a lo que se ha llamado la “Sagrada Familia”.
De parte del titular del Ejecutivo hubo un llamado a la unidad partidista; sin embargo, hay quienes le reclaman no definir su rumbo y no dejar que el Partido actúe en su caso, libremente en la propuesta para la contienda. Con mucho menos talento político, tal vez ausente en él pero sensible a la recomendación de sus allegados, Sergio Estrada Cajigal aceptó desde la mitad de su sexenio a la figura del entonces senador Adame Castillo como el candidato a sucederle.
Recuérdense las giras de trabajo que se realizaban en la segunda mitad del sexenio “estradista”. Antes y en la crisis del “juicio político”, en plena defensa, una vez superada la etapa, Estrada Cajigal placeó una y otra vez al aspirante Marco Antonio Adame Castillo, en una clara aceptación de la decisión del equipo panista de alto control.
Hoy ni siquiera por asomo se vive esa complicidad que pudiera servir ante los ojos ciudadanos. Por el contrario, se advierte y se percibe en el ambiente una lucha por el poder, que aunque no ha enfrentado en público a los actores del panismo, ha denotado que ni un equipo ni otro se toleran. No sólo hay descontento por la candidatura gubernamental; generan recelo los espacios para el Senado, los de privilegio en las plurinominales y las presidencias municipales.
En la comilona, amenizada por la “Sonora Dinamita”, el Gobernador insistió en la coincidencia que debe darse entre Partido, candidatos y militantes, de cara al próximo proceso electoral.
En su mensaje regional con motivo del V Informe de Gobierno, un holgado y relajado Presidente de la república pudo explicar en cifras y gráficas, los avances que en los diferentes temas ha alcanzado su administración. Los aplausos fueron constantes.
El esquema permitió que el Presidente contestara preguntas planteadas por ciudadanos, cuyos nombres fueron colocados en una urna transparente.
Con la presencia del gobernador anfitrión, Marco Antonio Adame Castillo; el de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero; de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo; y el de Hidalgo, José Francisco Olvera; hizo compromisos en materia de seguridad. Las cifras que se dieron a conocer fueron todas positivas. Fue ratificada la construcción de las plantas termoeléctricas y del gasoducto en Morelos. Recordó que la Nissan en Morelos construirá todos los taxis que habrán de circular en la ciudad de Nueva York.
El referente que consideramos fue poco adecuado, fue la referencia al Dalai Lama, en su apreciación sobre la inseguridad que se anuncia afuera y la percepción que se tiene dentro del país. El polémico personaje llega y se va custodiado; jamás podrá ni sentir ni vivir lo que padecemos los que aquí habitamos.
Veremos si la percepción de Liborio Román Cruz Mejía es cierta. Esta visita podría ser factor de arranque rumbo a la sucesión en el Partido Acción Nacional.