Zacatepec.- Aunque al principio no querían salirse del albergue improvisado en la cancha de fútbol “La Vía”, de la colonia Lázaro Cárdenas, al final las familias presuntamente damnificadas se retiraron, pero se llevaron todo lo que les habían proporcionado, por lo que el ayudante municipal presentó denuncia penal contra quien resulte responsable del robo.
Como se recordará, el ayudante de la colonia, Eligio Urueta Castillo, les pidió el pasado fin de semana, a las aproximadamente 10 familias que estaban ahí, que desalojaran la cancha porque dijo que ya estaba desgastado, además de que debía devolver la lona que le habían prestado y en realidad no había más que tres familias damnificadas.
Agregó que nunca tuvo la intención de perjudicar a nadie, pues el albergue ya había cumplido su objetivo durante los primeros 10 días, y ya era hora de regresar a las viviendas que estaban habitables.
Eso generó molestia entre las familias que se establecieron en el lugar, que consideraban injusta esa petición, pues no se querían ir a otro albergue, para estar cerca de sus casas, además de que dijeron que no sabían la magnitud de los daños que habían sufrido.
Pidieron la intervención de las autoridades y que no les retiraran una enorme lona con la que se cubrían.
Sin embargo, la madrugada de este martes, repentinamente, se salieron todos del albergue (donde había comedor comunitario, casas de campaña y atención médica), pero se llevaron lo que les habían facilitado para enfrentar la emergencia.
El ayudante destacó que se llevaron todo lo que les habían donado, como una parrilla, tanques de gas, refrigerador, lavadora, tinacos, palas, picos y otras cosas. “Lo único que nos dejaron fueron unas pacas de ropa que ya no necesitaban”.
Confirmó que presentó denuncia penal por este “saqueo” contra quien resulte responsable, porque la gente que donó las cosas, lo hizo con las mejores intenciones para los damnificados y en el albergue no había “damnificados reales”.
Aseguró que sólo dos familias tenían censo de daños graves y una tercera se retiró, por lo que consideró que fue capricho de las personas quedarse en el lugar para seguir recibiendo ayuda.
Afirmó que él, junto con amigos, levantó el albergue, pero después del censo, ya las casas habían sido revisadas y no era necesario mantenerlo. Consideró que esta actitud le dio la razón, de que quienes estaban ahí, no eran realmente damnificados.