Miacatlán.- A más de un mes del sismo, en la comunidad indígena de Coatetelco aún hay viviendas consideradas como pérdida total que no han sido demolidas y hay familias que buscan rescatar su casa a pesar de los daños estructurales que presentan.
María Félix Rufino Quiroz, vecina de la calle 16 de Septiembre de la colonia Pedro Saavedra, comentó que a pesar de que su vivienda es pérdida total, de acuerdo con el censo que realizó la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), busca el apoyo de especialistas para rescatar su patrimonio que logró construir a través de esfuerzo y privarse de muchas cosas.
Relató que el pasado 19 de septiembre se encontraba en su casa haciendo la comida, junto con uno de sus hijos y su nieta de casi dos años, a quien intentaba dormir en una hamaca instalada entre los muros que separan la cocina de la sala, cuando comenzó el temblor. “Inmediatamente quisimos salir de la casa. Dio trabajo sacar a la niña porque la amarro en la hamaca para que no se caiga; pero mi hijo me ayudó. No vimos que cayera nada, creíamos que todo estaba bien; escuchamos los gritos de vecinos y salimos a verlos, todos estaban bien, pero al regresar a la casa encontramos escombros por todos lados, inmediatamente lloramos mi hijo y yo”.
María Félix Rufino, madre de seis hijos (cinco hombres y una mujer), comentó que a poco más de un mes aún no han regresado las autoridades; sin embargo, se resisten a que su vivienda, que cuenta con dos plantas y está detenida con polines, sea demolida. “Nuestros hijos sufrieron desde chiquitos porque los privamos de todo. Dejamos de comprarles dulces, juguetes, hacerles fiesta de cumpleaños, todo por ahorrar y comprar el terreno, luego por construir. Ahora que todos ya están grandes, unos casados y nosotros ya somos abuelos, volvemos a estar como estábamos antes, como cuando iniciamos hace muchos años a vivir en casa de acahual”, dijo.
Agregó que las autoridades les dicen que si van apoyarla pero que será un poco tardado. “Nos dicen que la quieren tirar, pero han llegado brigadistas de apoyo que nos dicen que sí hay solución, que un ingeniero estructurista podría revisarla para ver si hay alternativas para repararla y eso queremos, ayuda para evitar que perdamos nuestro patrimonio, porque estamos seguros que ya no nos apoyarán a volverla a levantar”.
Comentó que desde hace un mes viven en una casa improvisada. “Nos prestaron láminas los vecinos y ya acondicionamos un espacio para hacer un cuarto, otro como una cocinita improvisada; el cuartito que se ocupaba como gallinero, ahora es la recamara de los hijos. Aquí en la casa habitamos 10 personas, ocho adultos y dos niños; y hoy estamos en el patio cubriéndonos con lo que podemos porque no quisimos irnos al albergue por nuestras cosas”.
Recordó que su casa la habitaban apenas dos años atrás y se construyó en etapas por la misma economía. Actualmente lograron rescatar parte de sus pertenencias, pero muchas otras se encuentra aún en el interior, ya que por las condiciones en que se encuentra, temen ingresar.