En el caso de Jojutla, el exceso de personal y la poca capacidad para administrar el municipio amenazan con llevar a la comuna a la insolvencia. El alcalde Enrique Retiguín se dedicó más a su organización cañera –que deberá entregar el próximo 10 de octubre– y dejó en manos de viejos conocidos la administración municipal: el grupo de los llamados “Neros” (cuyo líder es precisamente Nereo Altamirano, que tiene dentro de la administración a su hermano Martín y a por lo menos un sobrino), Marcos Rodríguez, Gerardo López, César Bahena, muchos de los cuales trabajaron con el ex alcalde Nelson Torres), todos ellos coordinados por el hijo del presidente municipal.
Por supuesto, los compromisos de campaña llevaron a contratar una cantidad enorme de personas que rebasaron la capacidad de pago de la comuna.
Desde hace años, gracias a la famosa “autonomía municipal”, los presidentes municipales tienen facultades para manejar a su antojo y discreción, tanto al personal como la contratación de obras y servicios. Bajo ese amparo, que debería ser para bien y no para mal, abusan de su autoridad y pierden de vista que administran un patrimonio que no es suyo. Se ha buscado, por ejemplo, que en los municipios la nómina no rebase el 60 por ciento de los recursos que reciben para que con el 40 por ciento restante puedan ofrecerse los satisfactores que la población demanda.
Sin embargo, se estima que en Jojutla, el gasto corriente (destinado a sueldos y salarios) rebasaría incluso el 80 por ciento, por lo que el margen para obras es bastante limitado.
Si a esto le agregamos las extraordinarias remuneraciones que reciben los integrantes del cabildo (50 mil pesos mensuales el munícipe; 44 mil la síndico y 40 mil cada uno de los nueve regidores), puede entenderse la inoperatividad y el colapso financiero que se avecina si no se toman medidas urgentes y reales.
De acuerdo con observaciones del grupo “Jojutla somos todos”, el cabildo se lleva al año 5.4 millones de pesos tan sólo en dietas y sueldos, más 1.35 millones que se darán este año en aguinaldos; lo que sumará la fabulosa cantidad de 6.75 millones de pesos, tan sólo en mantener a 11 personas del municipio.
Personas que si usted, lector(a), analiza, no ganarían ni una décima parte de lo que percibirían, si continuaran laborando en su actividad cotidiana, antes de ser autoridad municipal.
Para más malas noticias, hay una versión insistente en que el cabildo de Jojutla se habría incrementado aún más sus percepciones económicas.
Además, en los pasillos de la presidencia pueden escucharse nombres de “trabajadores” que cobran, pero no trabajan.
Desde luego, el municipio no tenía finanzas sanas cuando asumió el actual gobierno, sin embargo, en lugar de dedicarse a corregirlas el primer año, al parecer se han empeorado.
Así las cosas, puede esperarse que muy pronto empiecen a aflorar complicaciones importantes en diversas áreas del ayuntamiento, que podrían afectar, ya en su segundo año de gobierno, su operatividad.