Únicamente el conjunto monumental de la ciudad es lo que se mantiene abierto al público.
Miacatlán.- Alrededor de 700 hectáreas de lo que fue la ciudad prehispánica de Xochicalco se mantienen como reserva de investigación para el futuro; únicamente el conjunto monumental de la ciudad es lo que está abierto al público en la zona arqueológica, señaló el arqueólogo José Cuautli Medina Romero, director de la zona arqueológica y del Museo de Sitio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Medina Romero recordó que la ciudad prehispánica abarcó un espacio muy grande en cuanto fue su ocupación y actualmente únicamente se tiene como zona arqueológica el conjunto monumental de la ciudad, que se ubica en aproximadamente 12 hectáreas.
Comentó que se tiene muchas otras estructuras habitacionales de gente que vivía de manera aledaña al centro ceremonial y en la periferia dentro de una poligonal de 707 hectáreas, donde se dispersaron distintos asentamientos humanos correspondientes al mismo tiempo y la misma cultura.
La zona arqueológica de Xochicalco únicamente tiene abierto al público el conjunto monumental, el resto es una reserva de investigación para el futuro que debe continuar el INAH, dijo Medina Romero.
De acuerdo con archivos del Instituto, Xochicalco es un ejemplo de la época conocida como epiclásico (700-900 d. C.) caracterizado por el surgimiento de ciudades en el centro de México tras el declive de la urbe teotihuacana y el vacío de poder dejado por esta. Y tras una serie de migraciones de grupos habitantes del centro de México, se propició en Xochicalco la llegada de varios grupos provenientes de diferentes lugares de Mesoamericana.
La zona arqueológica es considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, donde se destacan monumentos como la acrópolis, la pirámide de la serpiente emplumada, el juego de pelota, el observatorio astronómico, que es una cueva a la que se accede a través de una escalinata esculpida en la roca, en la que por un periodo de 150 días al año, a partir del 30 de abril, se ve al sol entrar por un ducto vertical de pequeñas dimensiones horadado en la roca.