Consiste en la colocación de un jarro con agua y una veladora e incluso comida o bebidas, desde el 1 de octubre hasta el 28 del mismo mes.
Coatetelco.- Durante octubre, en este municipio indígena se realiza un ritual prehispánico dedicado a los fieles difuntos, con lo que se preserva una tradición milenaria entre las familias de este lugar.
La directora de Cultura y Turismo del municipio, Diana Alejandra Octaviano Lozada, recordó que con el inicio del mes de octubre se da paso a una singular tradición del municipio indígena, que es la colocación de una pequeña ofrenda, que va desde un jarro con agua y una veladora, hasta comida o bebidas que a los fieles difuntos les gustaba en vida.
De acuerdo con la tradición, a partir del 1 de octubre hasta el 28 del mismo, aproximadamente, dando las siete de la noche, el repicado de campanas de la iglesia, anunciaba la hora de colocar la pequeña ofrenda en algún lugar de la casa, pero si el que falleció fue por una muerte no natural (asesinado), durante los primeros cinco años después del deceso, la ofrenda se coloca en el patio de la casa.
Este pequeño ritual se celebra a partir del día primero de octubre; el día 27 del mismo mes se coloca la tradicional calabaza de dulce a todos los niños difuntos, mientras que para los adultos se hace el 28.
“Todo esto cuentan los tatas del pueblo, que es para preparar la llegada de nuestros difuntos a los días grandes, que tradicionalmente son los días 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre”, relató Octaviano Lozada.
En el municipio indígena aún se mantiene la tradición de las ofrendas colgantes, con productos tradicionales de este lugar, las cuales se colocan a partir de los días 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre, este último, para acudir al panteón.